30/12/2016, 21:11
~Ahora hablamos de ridículos. ~Pensó con una sonrisa de medio lado dibujada en el rostro pero prefirió guardar silencio y permitir a la contraria seguir con sus explicaciones y eso, después de todo, probablemente se termine ofendiendo si la interrumpen.
Dejándola hablar como si no fuese parte de la conversación, la pelirroja comenzó a perforar un lado de la madera, justo por donde había estado lijando, ¿con qué? Con un clavo delgado solo para que sirva de guía al tornillo. De cualquier manera, ya le iba tocando responder algo aunque no le estaba agradando para nada la conversación con la rubia principalmente porque había dejado en claro que se dejaba guiar por comentarios aleatorios.
—Que va, si la gente se cree que me importa algo la mierda que hablan. —Atinó a decirle acompañando sus palabras con una leve risa. —Pero bueno, mi madre está viva, el único que se murió fue mi viejo y la máscara no es un cráneo de verdad. Que son las estupideces que tienden a decir por ahí.
Con eso si no se equivocaba daba buena explicación a la mayoría de comentarios sobre los Kazama, aunque no todo era cierto, su madre efectivamente había muerto aunque ella lo negase y su mente le mostrase otra cosa. Pero no importaba porque la conversación terminó desviándose a la casa.
—Si no te ocupas de cuidar tu casa se cae a pedazos, no lo hice en años y bueno, ya ves. —Explicó a grandes rasgos porque no sentía necesidad de decir nada más.
Pero pronto se verían interrumpidas por alguien que… Resultaba extraño apareciera en ese lugar pero de todas formas Ritsuko se levantó casi al instante para mirar de frente al recién llegado, el supuesto Yubiwa.
—Buen día, Kawakage-sama. —Diría con un tono sereno. Todo lo demás… No sentía necesario responderlo realmente por lo que pasó directo a la pregunta final. —Lamentablemente la última vez que le he visto fue durante el torneo. —Concluyó la pelirroja que no volvería a lo suyo hasta que Yubiwa se lo permitiese.
Dejándola hablar como si no fuese parte de la conversación, la pelirroja comenzó a perforar un lado de la madera, justo por donde había estado lijando, ¿con qué? Con un clavo delgado solo para que sirva de guía al tornillo. De cualquier manera, ya le iba tocando responder algo aunque no le estaba agradando para nada la conversación con la rubia principalmente porque había dejado en claro que se dejaba guiar por comentarios aleatorios.
—Que va, si la gente se cree que me importa algo la mierda que hablan. —Atinó a decirle acompañando sus palabras con una leve risa. —Pero bueno, mi madre está viva, el único que se murió fue mi viejo y la máscara no es un cráneo de verdad. Que son las estupideces que tienden a decir por ahí.
Con eso si no se equivocaba daba buena explicación a la mayoría de comentarios sobre los Kazama, aunque no todo era cierto, su madre efectivamente había muerto aunque ella lo negase y su mente le mostrase otra cosa. Pero no importaba porque la conversación terminó desviándose a la casa.
—Si no te ocupas de cuidar tu casa se cae a pedazos, no lo hice en años y bueno, ya ves. —Explicó a grandes rasgos porque no sentía necesidad de decir nada más.
Pero pronto se verían interrumpidas por alguien que… Resultaba extraño apareciera en ese lugar pero de todas formas Ritsuko se levantó casi al instante para mirar de frente al recién llegado, el supuesto Yubiwa.
—Buen día, Kawakage-sama. —Diría con un tono sereno. Todo lo demás… No sentía necesario responderlo realmente por lo que pasó directo a la pregunta final. —Lamentablemente la última vez que le he visto fue durante el torneo. —Concluyó la pelirroja que no volvería a lo suyo hasta que Yubiwa se lo permitiese.