5/06/2015, 05:29
Luego del lanzamiento de los shurikens, la chica de Amegakure se apresuro a moverse hacia adelante, posiblemente para acortar la distancia entre ella y su oponente. Aquello le otorgo la ventaja de poder esquivar la estrellas ninjas que caían en picada, aunque con toda seguridad, se podría decir que no lo hizo de forma planeada, más bien parecía que aquel había sido su acto reflejo ante un movimiento extraño.
En lo que solo se podrían describir como instantes, la kunoichi tomo su sombrero y lo lanzo hacia el aun sentado shinobi. El artilugio fue arrojado de tal forma que su circunferencia se atravesara entre ambos contendientes. Aquello implicaba una cosa, la cual era que Kazuma tendría su visión obstruida, pero que su oponente estaría en la misma situación.
«Me parece que es un ataque un poco imprudente» —Pensó él.
Con lo que serian aproximadamente un metro separándolos, el Ishimura reacciono.
Sin saber que hacia su oponente, pero estando seguro que se encontraba detrás de aquella improvisada cortina, se decanto por una táctica sencilla. La cual consistía en enfilar su espada envainada contra el sombrero, lo único que tuvo que hacer fue; apoyar la base en su mano mientras la empujaba hacia adelante a la vez que se inclinaba hacia la zona de impacto. Con aquello esperaba por lo menos alcanzar a golpear el cuerpo de la pelo negro, mientras que simultáneamente ponía un poco de espacio entre ambos.
«Veamos… 1...2…3…4» —Contando mentalmente, mientras que la tormenta que rugía a su alrededor se había convertido en un lejano murmullo debido al fuerte latir de su corazón.
En lo que solo se podrían describir como instantes, la kunoichi tomo su sombrero y lo lanzo hacia el aun sentado shinobi. El artilugio fue arrojado de tal forma que su circunferencia se atravesara entre ambos contendientes. Aquello implicaba una cosa, la cual era que Kazuma tendría su visión obstruida, pero que su oponente estaría en la misma situación.
«Me parece que es un ataque un poco imprudente» —Pensó él.
Con lo que serian aproximadamente un metro separándolos, el Ishimura reacciono.
Sin saber que hacia su oponente, pero estando seguro que se encontraba detrás de aquella improvisada cortina, se decanto por una táctica sencilla. La cual consistía en enfilar su espada envainada contra el sombrero, lo único que tuvo que hacer fue; apoyar la base en su mano mientras la empujaba hacia adelante a la vez que se inclinaba hacia la zona de impacto. Con aquello esperaba por lo menos alcanzar a golpear el cuerpo de la pelo negro, mientras que simultáneamente ponía un poco de espacio entre ambos.
«Veamos… 1...2…3…4» —Contando mentalmente, mientras que la tormenta que rugía a su alrededor se había convertido en un lejano murmullo debido al fuerte latir de su corazón.