17/01/2017, 04:32
Esperaba pacientemente la respuesta del peliblanco para convencerse a sí misma de que sus pasatiempos eran extraños e incluso aburridos como él mismo había afirmado, pero no.
—Pues me gustaba ir a la academia, la verdad. Especialmente cuando hacíamos pellas. —Aquella como única respuesta casi hace reír a Noemi a carcajada limpia, significaba que el chico extrañaba encontrarse con todos los demás en la academia y recibir sermones de aquellos profesores que nunca en la vida se llegaron a ver en el campo de batalla ni nada por el estilo. «Tiene que estar de broma. »Fue lo primero que pensó al borde de la risa, pero el Uchiha en ese momento prosiguió hablando.
No uno, ni dos, infinidad de pasatiempos que lentamente fueron cambiando la expresión de la kunoichi hasta un punto en el que su mirada se veía un tanto vacía, no porque algo le hubiese caído mal ni mucho menos, más bien porque la había tomado completamente desapercibida el hecho de que hubiesen tantos pasatiempos diferentes y realmente, no podía ir y decirle “son aburridos” ni nada por el estilo, no por respeto a los gustos ajenos sino porque algunos los catalogaba como parte del entrenamiento, no físico pero sí que serviría en una pelea saber un par de estrategias aleatorias. Respecto de los juegos de mesa tampoco quería opinar porque como dijera algo estaría cuestionando a su propio padre y eso para ella era un tabú.
—Que va… —Dijo casi susurrando en lo que se daba media vuelta para volver a cruzarse los brazos y mirar ligeramente hacia arriba. —Puede que mis pasatiempos si sean aburridos. —Hizo una ligera pausa para suspirar, tras lo cual la kunoichi se volteó de golpe y le miró con el ceño fruncido y las manos en la cadera nuevamente. —¡Pero no significa que no valgan la pena! —Y con eso se esperaba haber dejado bien claro el mensaje al Uchiha.
«No voy a dejar de ocuparme de mi cabello o mi piel solo porque digan que son pasatiempos aburridos, que luego me echaré a menos como otras que me conozco. »Y nada ni nadie lograría sacarle esa idea de la cabeza.
—Pues me gustaba ir a la academia, la verdad. Especialmente cuando hacíamos pellas. —Aquella como única respuesta casi hace reír a Noemi a carcajada limpia, significaba que el chico extrañaba encontrarse con todos los demás en la academia y recibir sermones de aquellos profesores que nunca en la vida se llegaron a ver en el campo de batalla ni nada por el estilo. «Tiene que estar de broma. »Fue lo primero que pensó al borde de la risa, pero el Uchiha en ese momento prosiguió hablando.
No uno, ni dos, infinidad de pasatiempos que lentamente fueron cambiando la expresión de la kunoichi hasta un punto en el que su mirada se veía un tanto vacía, no porque algo le hubiese caído mal ni mucho menos, más bien porque la había tomado completamente desapercibida el hecho de que hubiesen tantos pasatiempos diferentes y realmente, no podía ir y decirle “son aburridos” ni nada por el estilo, no por respeto a los gustos ajenos sino porque algunos los catalogaba como parte del entrenamiento, no físico pero sí que serviría en una pelea saber un par de estrategias aleatorias. Respecto de los juegos de mesa tampoco quería opinar porque como dijera algo estaría cuestionando a su propio padre y eso para ella era un tabú.
—Que va… —Dijo casi susurrando en lo que se daba media vuelta para volver a cruzarse los brazos y mirar ligeramente hacia arriba. —Puede que mis pasatiempos si sean aburridos. —Hizo una ligera pausa para suspirar, tras lo cual la kunoichi se volteó de golpe y le miró con el ceño fruncido y las manos en la cadera nuevamente. —¡Pero no significa que no valgan la pena! —Y con eso se esperaba haber dejado bien claro el mensaje al Uchiha.
«No voy a dejar de ocuparme de mi cabello o mi piel solo porque digan que son pasatiempos aburridos, que luego me echaré a menos como otras que me conozco. »Y nada ni nadie lograría sacarle esa idea de la cabeza.