8/06/2015, 11:04
Aquel chico parecía tener el ego bastante subido, además de una moral aprueba de bombas pues a pesar del evidente rechazo por parte de Tomoe, seguía insistiendo a forzar una conversación. Decidido a llamar la atención de la chica, decidió mostrarle las palmas de sus manos mientras se burlaba de las palabras de la Kunoichi.
La pelinegra que estaba apunto de saltar se quedó un momento parada mirándolas, en sus palmas tenía dos bocas de buen tamaño de las cuáles el pelirrojo se veía bastante orgulloso
"¿Qué diablos? Tiene bocas en las manos...eso explica por que es tan bocazas" pensó la mucha mientras el shinobi seguía con su fanfarronería. Al parecer era no sólo el favorito del Morikage si no que además había sido entrenado por shinobis de élite. Tomoe no pudo más que esbozar una ligera sonrisa al escuchar aquello, ella también había sido entrenada por miembros de los cuerpos de élite de Amegakure y la primera norma era el silencio
—Así que tengo delante a la mascota favorita del Morkage, que honor...— se burló la chica, que apoyo su mano derecha sobre su cadera en una postura un tanto despreocupada —Deberías volver bajo su falda, seguro que debe de estar muy preocupado por ti— La chica aireó su cabello con ayuda de sus manos en un gesto un tanto despreciativo hacia su interlocutor
La pelinegra que estaba apunto de saltar se quedó un momento parada mirándolas, en sus palmas tenía dos bocas de buen tamaño de las cuáles el pelirrojo se veía bastante orgulloso
"¿Qué diablos? Tiene bocas en las manos...eso explica por que es tan bocazas" pensó la mucha mientras el shinobi seguía con su fanfarronería. Al parecer era no sólo el favorito del Morikage si no que además había sido entrenado por shinobis de élite. Tomoe no pudo más que esbozar una ligera sonrisa al escuchar aquello, ella también había sido entrenada por miembros de los cuerpos de élite de Amegakure y la primera norma era el silencio
—Así que tengo delante a la mascota favorita del Morkage, que honor...— se burló la chica, que apoyo su mano derecha sobre su cadera en una postura un tanto despreocupada —Deberías volver bajo su falda, seguro que debe de estar muy preocupado por ti— La chica aireó su cabello con ayuda de sus manos en un gesto un tanto despreciativo hacia su interlocutor