24/01/2017, 21:06
La persona que había llegado después de él se atribuía el nombre de Inoue Keisuke, a su vez, cuando marchó a depositar el paraguas en su correspondiente lugar, le dijo que lo estarían esperando en el ascensor.
Hyuga Hazegawa e Inoue Keisuke.
Se recordó para si mismo los nombres de los que ahora y hasta el resto de lo que fuese a durar su misión, eran su equipo.
No perdió mucho más tiempo de lo necesario en ir y volver, logrando llegar a tiempo al cajón metálico que estaba esperando para ascender hasta el punto más alto de Amegakure, el despacho de la Arashikage.
No desayune antes de venir…que horrible.
Mogura no prestaría mucha más atención al comentario, ya que no iba precisamente dirigido hacía él, su vista estaba atenta a las puertas del ascensor mientras este iba subiendo piso por piso. Al principio no le parecía tan frío, pero al abrirse las puertas realmente se arrepintió de no haberse traído consigo el sobretodo de cuero.
¡Qué frío...!
Pensaba mientras dejaba escapar de sus labios una bocanada de aire con la intensión de ver si su aliento era visible, lo que comúnmente uno hace para ver que tan frío puede llegar a estar un lugar. Parecía que aquel sitio no tenía un subsidio para la calefacción.
Sin duda alguna aquel era el lugar de trabajo de una persona importante, únicamente una persona importante decoraría su lugar con oro en lugar de conservarlo en forma de joyas.
Yo tocaré.
Dijo mientras salía primero del ascensor. Sería quizás por el frío o los nervios, o quizás por ambos que sentía una presión en el pecho con cada paso que daba en dirección a la puerta.
Se supone que todos los shinobi y kunoichi de Amegakure tienen que pasar por esto en algún momento.
Pensaba dando los golpes en la puerta, había tomado la iniciativa sobre el resto del grupo.
Hyuga Hazegawa e Inoue Keisuke.
Se recordó para si mismo los nombres de los que ahora y hasta el resto de lo que fuese a durar su misión, eran su equipo.
No perdió mucho más tiempo de lo necesario en ir y volver, logrando llegar a tiempo al cajón metálico que estaba esperando para ascender hasta el punto más alto de Amegakure, el despacho de la Arashikage.
No desayune antes de venir…que horrible.
Mogura no prestaría mucha más atención al comentario, ya que no iba precisamente dirigido hacía él, su vista estaba atenta a las puertas del ascensor mientras este iba subiendo piso por piso. Al principio no le parecía tan frío, pero al abrirse las puertas realmente se arrepintió de no haberse traído consigo el sobretodo de cuero.
¡Qué frío...!
Pensaba mientras dejaba escapar de sus labios una bocanada de aire con la intensión de ver si su aliento era visible, lo que comúnmente uno hace para ver que tan frío puede llegar a estar un lugar. Parecía que aquel sitio no tenía un subsidio para la calefacción.
Sin duda alguna aquel era el lugar de trabajo de una persona importante, únicamente una persona importante decoraría su lugar con oro en lugar de conservarlo en forma de joyas.
Yo tocaré.
Dijo mientras salía primero del ascensor. Sería quizás por el frío o los nervios, o quizás por ambos que sentía una presión en el pecho con cada paso que daba en dirección a la puerta.
Se supone que todos los shinobi y kunoichi de Amegakure tienen que pasar por esto en algún momento.
Pensaba dando los golpes en la puerta, había tomado la iniciativa sobre el resto del grupo.
Hablo - Pienso