La historia nos cuenta relatos, relatos de los grandes héroes del pasado, pasado glorioso para algunos y tortuoso para otros. A pesar de las distintas costumbres que poseían en cada aldea, sin duda todas compartían ese pasado dónde alguna vez tres pequeñas villas se alzaron contra la tiranía y potestad de los grandes. Sin embargo, aquello poco o nada interesaba al joven Isa, siendo que él lo veía simplemente como un medio más, nada por lo que enorgullecerse ni arrepentirse. Más su familia, que venía de una tradición shinobi muy antigua, el conocer su legado era importante.
Así fue como le enviaron en un viaje, para que intentase descubrir la herencia que tenía. Eso o simplemente su padre ya no aguantaba su reciente actitud y prefería mandarlo lejos para descansar de él un rato. En vez de tomárselo a mal, lo vio como la oportunidad de safarse por un rato de las obligaciones y de los mandatos de su hermana, que si bien se esfuerza en complacerla eso no significa que no se canse al hacerlo.
"¿Qué se supone que voy a aprender aquí? Las piedras no hablan."
Aún así, le debía una promesa a su hermana. Y esa era la de enaltecer el nombre de la familia, ya que ella no podía.
Caminó por el acantilado, ignorando todo lo que había a su alrededor, hasta que finalmente se sentó en uno de sus bordes. Suspiró. Pensándolo a conciencia, no estaba muy seguro si daría la talla para cubrir el lugar de su hermana. Ella ya estaba a punto de realizar el examen chunin cuando... Pasó lo que pasó.
"Si ella quiere que lo sea, debo serlo."
Aunque el no sentía la misma devoción que tenía Hangaku, se suponía que en aquel lugar podría encontrar una razón. Pero al igual que muchas otras cosas, no compartía el mismo sentimiento que los demás.
Así fue como le enviaron en un viaje, para que intentase descubrir la herencia que tenía. Eso o simplemente su padre ya no aguantaba su reciente actitud y prefería mandarlo lejos para descansar de él un rato. En vez de tomárselo a mal, lo vio como la oportunidad de safarse por un rato de las obligaciones y de los mandatos de su hermana, que si bien se esfuerza en complacerla eso no significa que no se canse al hacerlo.
"¿Qué se supone que voy a aprender aquí? Las piedras no hablan."
Aún así, le debía una promesa a su hermana. Y esa era la de enaltecer el nombre de la familia, ya que ella no podía.
Caminó por el acantilado, ignorando todo lo que había a su alrededor, hasta que finalmente se sentó en uno de sus bordes. Suspiró. Pensándolo a conciencia, no estaba muy seguro si daría la talla para cubrir el lugar de su hermana. Ella ya estaba a punto de realizar el examen chunin cuando... Pasó lo que pasó.
"Si ella quiere que lo sea, debo serlo."
Aunque el no sentía la misma devoción que tenía Hangaku, se suponía que en aquel lugar podría encontrar una razón. Pero al igual que muchas otras cosas, no compartía el mismo sentimiento que los demás.