5/02/2017, 15:30
Y en la penumbra comenzó a dibujarse una silueta que se acercaba lentamente, con una calma que Ayame estaba lejos de sentir. Y, por si no fuera bastante el miedo que ya sentía, justo en ese momento un rayo rasgó el cielo iluminándolos momentáneamente y Ayame ahogó un gemido cuando el estruendo del trueno embistió sus oídos. Sus ojos sólo fueron capaces de distinguir sus rasgos cuando entró dentro del círculo de luz que proyectaba la farola.
Debía de tener más o menos su misma edad y ocultaba su ojo derecho con un parche. Tenía el pelo largo, de un curioso color púrpura, y lo llevaba recogido en una coleta algo ladeada. Aquel peinado estaba realmente ornamentado, con kozashi que casi eran más propio de una novia o mujeres de compañía y un par de kogai que sobresalían por encima de la coleta. A Ayame al principio le costó distinguir si se trataba de un hombre o de una mujer. Enseguida comprobó, para su completa extrañeza, que era lo primero.
—¿Quién eres? —le espetó, y Ayame retrocedió un par de pasos.
Estuvo a punto de contestarle con la misma pregunta, pero se contuvo cuando se fijó en su brazo derecho y vio allí atada la bandana que le identificaba como un shinobi oficial de Amegakure.
—A... Aotsuki Ayame —respondió, con una ligera inclinación de su cabeza—. Lo siento. ¿He hecho algo inadecuado?
Debía de tener más o menos su misma edad y ocultaba su ojo derecho con un parche. Tenía el pelo largo, de un curioso color púrpura, y lo llevaba recogido en una coleta algo ladeada. Aquel peinado estaba realmente ornamentado, con kozashi que casi eran más propio de una novia o mujeres de compañía y un par de kogai que sobresalían por encima de la coleta. A Ayame al principio le costó distinguir si se trataba de un hombre o de una mujer. Enseguida comprobó, para su completa extrañeza, que era lo primero.
—¿Quién eres? —le espetó, y Ayame retrocedió un par de pasos.
Estuvo a punto de contestarle con la misma pregunta, pero se contuvo cuando se fijó en su brazo derecho y vio allí atada la bandana que le identificaba como un shinobi oficial de Amegakure.
—A... Aotsuki Ayame —respondió, con una ligera inclinación de su cabeza—. Lo siento. ¿He hecho algo inadecuado?