6/02/2017, 23:02
El peliblanco le tocó en la llaga de la herida, aunque de forma indirecta. Agachó la cabeza un poco, haciendo que el fleco ensombreciera su mirar, quedándose callado un rato. Las cosas simples se volvían preguntas capciosas para él.
—No sé— Y esa era la más pura de las verdades.
A partir de ahí ya no dijo nada más, pues no quería explicarle absolutamente nada que él considerase algo personal. Su mirada se tornó hostil nuevamente, como una fiera a la que han invadido su territorio. Ya no mascaba la ramita, pero la seguía manteniendo en su boca, sin moverla. Se quedó estático, observando al peliblanco sin quitarle el ojo de encima.
El otro muchacho ya antes se había mostrado curioso, le preocupaba que siguiera atosigándolo con más preguntas.
—No sé— Y esa era la más pura de las verdades.
A partir de ahí ya no dijo nada más, pues no quería explicarle absolutamente nada que él considerase algo personal. Su mirada se tornó hostil nuevamente, como una fiera a la que han invadido su territorio. Ya no mascaba la ramita, pero la seguía manteniendo en su boca, sin moverla. Se quedó estático, observando al peliblanco sin quitarle el ojo de encima.
El otro muchacho ya antes se había mostrado curioso, le preocupaba que siguiera atosigándolo con más preguntas.