Este foro utiliza cookies
Este foro utiliza cookies para guardar tu información de inicio de sesión si estás registrado, y tu última visita si no lo estás. Las cookies son pequeños documentos de texto guardados en tu ordenador; las cookies establecidas por este foro sólo pueden ser utilizadas en este mismo sitio y no poseen riesgos de seguridad. Las cookies de este foro también llevan un registro de los temas que has leído y cuándo fue la última vez que los leíste. Los administradores NO tienen acceso a esta información, sólo TU NAVEGADOR. Por favor confirma si aceptas el establecimiento de estas cookies.

Se guardará una cookie en tu navegador sea cual sea tu elección para no tener que hacerte esta pregunta otra vez. Podrás cambiar tus ajustes sobre cookies en cualquier momento usando el link en el pie de página.
Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1
Una de las cosas más gratificantes de poseer una máscara que te deja convertirte en casi cualquier animal que habita en el mundo es que se puede ver cumplido el sueño de casi cualquier ser humano: Volar.

Para Reiji era más que un sueño y a la vez era una realidad. Había nacido sin sus ojos y gracias a la familia de cuervos shinobi que era amiga de sus padres consiguió unos ojos, aunque de cuervo. Desde entonces muchas veces había soñado con alzar el vuelo, se sentía mucho más animal que persona, quería abrir sus alas y alzar el vuelo. Como los cuervos.

La máscara no solo le permitía al muchacho transformarse en animales, sino que además le concedía sus características, como volar si se transformaba en un pájaro o respirar bajo el agua si lo hacía en un pez. En varios sentidos, todo aquello le daba ciertas ventajas, claro que para pelear una sardina era muy inferior a cualquier humano. Y corría el riesgo de que lo pescaran.

Pero su pasión era volar. Desde que se había convertido en gennin de Amegakure y había recibido aquella mascara como regalo de alguien que aún no conocía no había dejado de volar. Las primeras veces fue raro. Tener alas no era lo mismo que tener brazos, y desde luego el cuerpo de un cuervo se sentía bien diferente. No, no había probado otras aves, el cuervo era su favorito desde siempre, porque él era uno más.

Normalmente volaba por la ciudad, o como mucho por los alrededores, sin embargo había decidido que ya era hora de explotar su nueva característica y vivir nuevas aventuras. Volaría lejos de ame, visitaría nuevas ciudades, conocería nuevas personas y tal vez alguna que no lo considerara un monstruo o un demonio.

No le gustaba admitirlo, prefería gritar que era el mejor shinobi, pero el joven muchacho tenía muy poca idea del mundo que lo rodeaba y tomo un rumbo al azar. Se aventuró a través del húmedo paisaje del país de la lluvia, pero para un shinobi de Amegakure como él, la lluvia no era nada.

Otra cosa bien distinta era la nieve. En cierto punto de su travesía la lluvia dejo de ser lluvia, el viento empezó a soplar más helado, y la nieve pintaba el paisaje como un lienzo listo para ser estrenado.

Reiji tuvo que bajar el vuelo, porque cuanto más alto volaba, mas frio hacía. Al final el refrán tenía razón: Cuando el grajo vuela bajo, hace un frío del carajo y cuando vuela rasante hace un frio acojonante.

Al final, cuando logro divisar un pueblo a lo lejos, acabo por volver a su forma humana y guardar su máscara bajo la capa. Se cubrió la cabeza con la capucha para mitigar un poco más el frio, aunque sirvió de poco.

Cuando llego al pueblo, busco una posada o algún local donde refugiarse un rato y pedir una bebida caliente. No tardó mucho en localizarlo y mucho menos tardo en entrar, buscar un asiento libre, y posar su helado culo sobre una silla vacía en la mesa más alejada de la puerta, para que cuando se abriera no le golpeara la ventisca.

—Por fin, un poco de calorcito…
[Imagen: ksQJqx9.png]
Responder


Mensajes en este tema
Cuando el grajo vuela bajo, hace un frío del carajo - por Sasaki Reiji - 6/02/2017, 23:40


This forum uses Lukasz Tkacz MyBB addons.