12/02/2017, 01:31
De pronto, la conversación pasó de ser algo entre dos personas a tener a un tercer e inesperado participante.
“¡Cielos, me ha dado la madre de los sustos apareciendo de esa forma!” exclamó en su interior, aunque su rostro no daba prueba de la no tan grata sorpresa que le acababan de dar.
El chico aseguraba llamarse Kurogane Toshio. Por la bandana que mostró al retirar el flequillo que guardaba su rostro, era obvio que pertenecía a la aldea ninja de Kusagakure. De piel ligeramente bronceada y con una cabellera y ojos de un intenso color carmesí oscuro. Por su complexión y voz, a Kōtetsu le era fácil el darle una edad cercana a la suya. Del resto, no tenía nada fuera de lo que pudiese llamarse común… Excepto por una curiosa expresión que emanaba mucha autoconfianza y un poco de presuntuosidad.
No estaba seguro de cómo pudiese reaccionar Kagetsuna, por lo que decidió mediar la situación y tratar de disipar la tensión creada por aquella llegada.
—Es un gusto, Toshio-san —dijo levantándose y girándose hacia él para realizar una leve reverencia—. A pesar de que su llegada ha sido un tanto intempestiva, me gustaría entender a qué se refería con las palabras que ha dicho anteriormente.
“¡Cielos, me ha dado la madre de los sustos apareciendo de esa forma!” exclamó en su interior, aunque su rostro no daba prueba de la no tan grata sorpresa que le acababan de dar.
El chico aseguraba llamarse Kurogane Toshio. Por la bandana que mostró al retirar el flequillo que guardaba su rostro, era obvio que pertenecía a la aldea ninja de Kusagakure. De piel ligeramente bronceada y con una cabellera y ojos de un intenso color carmesí oscuro. Por su complexión y voz, a Kōtetsu le era fácil el darle una edad cercana a la suya. Del resto, no tenía nada fuera de lo que pudiese llamarse común… Excepto por una curiosa expresión que emanaba mucha autoconfianza y un poco de presuntuosidad.
No estaba seguro de cómo pudiese reaccionar Kagetsuna, por lo que decidió mediar la situación y tratar de disipar la tensión creada por aquella llegada.
—Es un gusto, Toshio-san —dijo levantándose y girándose hacia él para realizar una leve reverencia—. A pesar de que su llegada ha sido un tanto intempestiva, me gustaría entender a qué se refería con las palabras que ha dicho anteriormente.