13/02/2017, 02:08
Kagetsuna dio un largo e incómodo suspiro. La reacción de la muchacha, a su parecer, era extremadamente exagerada. Torció el gesto un poco dudoso, no sabía como reaccionar exactamente ante aquella petición de misericordia. La miró un par de instantes y luego se agachó para quedar a su misma altura.
—No tienes que ser tan melodramática, te estas ahogando en un vaso con agua— Parpadeó y negó con la cabeza.
"No es normal semejante súplica, pero tampoco puedo fiarme al cien por ciento de lo que me dice. Puede que sólo se esté haciendo la víctima para que la deje en paz, más aún con semejante teatro. O sea, lo dice que como si fuera el fin del mundo, pero creo que ya se cómo corroborarlo."
El del parche suspiró una vez más antes de ponerse en pie de nuevo, para luego tenderle la mano a la niña de la cinta azul.
—Va, no le diré. Pero insisto en que te voy a acompañar, para asegurarme de que en verdad te vas a ir a casa y no vas a seguir haciendo rayones— Dijo serio mientras se acomodaba el fleco.
No tenía garantías de que pelinegra fuese a cumplir su palabra, pero eso lo iba a solucionar poniéndola a prueba. En segundo lugar, los motivos que le dio la chica bien le podrían importar un maní, más creyó entender algo entrelineas en aquellas palabras.
—¿Cuanto tiempo llevas en la academia?— Creía que sacar un tema de conversación relacionado al asunto serviría para ayudarla a calmarse, sin mencionar que le picaba un poco la curiosidad. Ella no había estado en el mismo salón que él, eso era seguro.
—No tienes que ser tan melodramática, te estas ahogando en un vaso con agua— Parpadeó y negó con la cabeza.
"No es normal semejante súplica, pero tampoco puedo fiarme al cien por ciento de lo que me dice. Puede que sólo se esté haciendo la víctima para que la deje en paz, más aún con semejante teatro. O sea, lo dice que como si fuera el fin del mundo, pero creo que ya se cómo corroborarlo."
El del parche suspiró una vez más antes de ponerse en pie de nuevo, para luego tenderle la mano a la niña de la cinta azul.
—Va, no le diré. Pero insisto en que te voy a acompañar, para asegurarme de que en verdad te vas a ir a casa y no vas a seguir haciendo rayones— Dijo serio mientras se acomodaba el fleco.
No tenía garantías de que pelinegra fuese a cumplir su palabra, pero eso lo iba a solucionar poniéndola a prueba. En segundo lugar, los motivos que le dio la chica bien le podrían importar un maní, más creyó entender algo entrelineas en aquellas palabras.
—¿Cuanto tiempo llevas en la academia?— Creía que sacar un tema de conversación relacionado al asunto serviría para ayudarla a calmarse, sin mencionar que le picaba un poco la curiosidad. Ella no había estado en el mismo salón que él, eso era seguro.