15/02/2017, 01:20
El viento soplaba con fuerza y helado. Al joven de Amegakure transformado en cuervo le costaba mantenerse a una altura decente sin sufrir los estragos de la tormenta de nieve. Sin embargo no se rendiría en su empeño de pasar la noche en un lugar calentito. O mejor dicho, no cesaría en su empeño de pasar la noche en esa misma posada, aunque fuera a costa de colarse.
—"vamos, vamos, un poco de suerte, por favor"
La ultima ventana del primer piso parecía entreabierta desde la lejanía, y no dudo en acercarse para comprobarlo, por que el resto de las ventanas estaban cerradas a cal y canto. Era normal, hacia un frió del carajo ¿Quien quería dejarse la ventana abierta cuando podía estar calentico debajo de las sabanas?
Mientras se acercaba a la ventana soplo una fuerte ráfaga de viento que hizo que la misma terminara de abrirse golpeando a la persona que se encontraba en la habitación. Pero no solo eso, el viento tenia muchísima mas fuerza que el cuervo y lo empujó dentro de la habitación.
—"Al menos he conseguido entrar, podría decirse que ha sido un soplo de aire fresco... en este infierno HELADO"
Cuando consiguió reponerse del empujón, observo la habitación con mas atención y se topo con la chica pelirroja a la que había asustado un rato antes "sin querer". Parecía que había sido a ella a quien la ventana había golpeado y por la postura que tenia, seguramente estaba dolorida.
—"Genial ¿Y ahora que, genio Uchiha? ¿Quieres probar a volver a asustarla para que te vuelvan a echar de una patada? eso si, la habitación la dejas libre seguro...
No, no era esa su intención. Tenia que intentar negociar con aquella muchacha, pero claro, un cuervo que habla. Eso si, en el mundo shinobi, un cuervo que habla, tal vez era de lo mas normalito. Gente subiendo por las paredes, otros que escupen fuego por la boca, ilusiones, armas de colorines, gente con genética muy rara... En fin, que tras meditarlo unos segundos, el joven Uchiha decidió volver a su estado humano, sin quitarse la mascara, claro. Tal vez le tocaba salir volando. Literalmente.
—Esto... Hola...¿Estas bien? —Dijo tímidamente para llamar la atención de la joven, cuya pose podía dar a entender que estaba llorando, o eso parecía. —No te asustes por favor, escúchame primero, mira tengo que sobrevivir a este frió, y ahí fuera me va a dar algo, no quiero hacerte nada, solo pasar la noche en un sitio caliente, déjame dormir en una esquinita y te pago todo el precio de la habitación —Intentó negociar con ella —Incluso puedo ayudarte con tu problemilla con la ventana...
—"vamos, vamos, un poco de suerte, por favor"
La ultima ventana del primer piso parecía entreabierta desde la lejanía, y no dudo en acercarse para comprobarlo, por que el resto de las ventanas estaban cerradas a cal y canto. Era normal, hacia un frió del carajo ¿Quien quería dejarse la ventana abierta cuando podía estar calentico debajo de las sabanas?
Mientras se acercaba a la ventana soplo una fuerte ráfaga de viento que hizo que la misma terminara de abrirse golpeando a la persona que se encontraba en la habitación. Pero no solo eso, el viento tenia muchísima mas fuerza que el cuervo y lo empujó dentro de la habitación.
—"Al menos he conseguido entrar, podría decirse que ha sido un soplo de aire fresco... en este infierno HELADO"
Cuando consiguió reponerse del empujón, observo la habitación con mas atención y se topo con la chica pelirroja a la que había asustado un rato antes "sin querer". Parecía que había sido a ella a quien la ventana había golpeado y por la postura que tenia, seguramente estaba dolorida.
—"Genial ¿Y ahora que, genio Uchiha? ¿Quieres probar a volver a asustarla para que te vuelvan a echar de una patada? eso si, la habitación la dejas libre seguro...
No, no era esa su intención. Tenia que intentar negociar con aquella muchacha, pero claro, un cuervo que habla. Eso si, en el mundo shinobi, un cuervo que habla, tal vez era de lo mas normalito. Gente subiendo por las paredes, otros que escupen fuego por la boca, ilusiones, armas de colorines, gente con genética muy rara... En fin, que tras meditarlo unos segundos, el joven Uchiha decidió volver a su estado humano, sin quitarse la mascara, claro. Tal vez le tocaba salir volando. Literalmente.
—Esto... Hola...¿Estas bien? —Dijo tímidamente para llamar la atención de la joven, cuya pose podía dar a entender que estaba llorando, o eso parecía. —No te asustes por favor, escúchame primero, mira tengo que sobrevivir a este frió, y ahí fuera me va a dar algo, no quiero hacerte nada, solo pasar la noche en un sitio caliente, déjame dormir en una esquinita y te pago todo el precio de la habitación —Intentó negociar con ella —Incluso puedo ayudarte con tu problemilla con la ventana...