15/02/2017, 20:23
~Puta ventana. ~Maldecía en su cabeza completamente ignorante del animal que se había adentrado en su habitación por obra y gracia del fuerte viento, casi como si la naturaleza se hubiese puesto de acuerdo con el ave para permitirle entrar en la posada.
Lo que sí, el dolor era mucho mayor al frío que sentía por lo que Ritsuko estuvo más rato lloriqueando en su lugar que preocupándose de cerrar la ventana hasta que una voz desconocida la sacó de su trance. No era la del posadero, mucho menos podía ser de la mujer del tipo porque tenía voz de chico por lo que la kunoichi casi al instante se dio la vuelta sobresaltada debido a la cercanía de la voz ajena.
—¡Hijo puta! —Fue lo primero que soltó bastante alterada tras caerse de culo al piso por el mal salto que había dado. Fue ahí cuando le pidieron que no se asustara, cosa que le hizo tranquilizarse bastante pero seguía alerta de todas maneras. —Tarde… —Diría un tanto resignada mientras se acomodaba mejor para quedarse sentada frente a aquel extraño de ojos… Raros, por ponerlo de alguna manera.
Lo que le pedirían sería algo sumamente extraño y según ella hasta perturbador, lo suficiente para que sus mejillas enrojecieran ligeramente por lo que acababa de escuchar.
—¿Estás loco…? Mira que pedirle a una chica que ni conoces que te comparta habitación. —Es lo primero que dijo, lo que cualquiera diría, pero una vez más la naturaleza se ponía de parte del Uchiha pues un helado viento tan fuerte como el que la había golpeado previamente le dio de lleno en la espalda y con ello un estornudo se le escapó, lo que la dejaría en mala posición para imponerse y además. —Vale… Quédate por algún rincón, pero como intentes algo te juro que te la corto. —Recapacitaría resignada la pelirroja en lo que se ponía de pie.
Cerrar la ventana tenía la mayor prioridad y no se sentía tan mala gente como para dejar a alguien pudriéndose en aquel infierno helado, a no ser que sea un gato, esos pueden morirse y extinguirse si es por ella. ~O sea, ¿qué mierda…? ~Pensaba en lo que intentaba cerrar la ventana aunque una de las dos hojas parecía estar algo atascada y se negaba a dar el cierre.
Lo que sí, el dolor era mucho mayor al frío que sentía por lo que Ritsuko estuvo más rato lloriqueando en su lugar que preocupándose de cerrar la ventana hasta que una voz desconocida la sacó de su trance. No era la del posadero, mucho menos podía ser de la mujer del tipo porque tenía voz de chico por lo que la kunoichi casi al instante se dio la vuelta sobresaltada debido a la cercanía de la voz ajena.
—¡Hijo puta! —Fue lo primero que soltó bastante alterada tras caerse de culo al piso por el mal salto que había dado. Fue ahí cuando le pidieron que no se asustara, cosa que le hizo tranquilizarse bastante pero seguía alerta de todas maneras. —Tarde… —Diría un tanto resignada mientras se acomodaba mejor para quedarse sentada frente a aquel extraño de ojos… Raros, por ponerlo de alguna manera.
Lo que le pedirían sería algo sumamente extraño y según ella hasta perturbador, lo suficiente para que sus mejillas enrojecieran ligeramente por lo que acababa de escuchar.
—¿Estás loco…? Mira que pedirle a una chica que ni conoces que te comparta habitación. —Es lo primero que dijo, lo que cualquiera diría, pero una vez más la naturaleza se ponía de parte del Uchiha pues un helado viento tan fuerte como el que la había golpeado previamente le dio de lleno en la espalda y con ello un estornudo se le escapó, lo que la dejaría en mala posición para imponerse y además. —Vale… Quédate por algún rincón, pero como intentes algo te juro que te la corto. —Recapacitaría resignada la pelirroja en lo que se ponía de pie.
Cerrar la ventana tenía la mayor prioridad y no se sentía tan mala gente como para dejar a alguien pudriéndose en aquel infierno helado, a no ser que sea un gato, esos pueden morirse y extinguirse si es por ella. ~O sea, ¿qué mierda…? ~Pensaba en lo que intentaba cerrar la ventana aunque una de las dos hojas parecía estar algo atascada y se negaba a dar el cierre.