28/02/2017, 23:44
Hasta que el carro se detuviera por primera vez, debían de haber pasado por lo menos diez horas... diez largas y silenciosas horas donde ninguno de los tres ocupantes abrió la boca para algo que no fuese bostezar y en el caso de la misteriosa mujer, ni siquiera para eso. Izumi incluso llegó a plantearse si seguía vida, perfectamente se podía haber muerto y que ninguno de los presentes se hubiese coscado. Sin embargo, la joven tenía cosas más urgentes que atender que comprobar si su compañera de viaje seguía en este mundo pues ella estaba apunto de reventar en el sentido más estricto de la palabra.
—Vamos a parar aquí por un rato, pequeña. Tienes cuarenta minutos para comer, cagar, o lo que sea que quieras hacer. En 40 minutos salgo, si no estás en el carro, te quedas aquí.
—Entendido, señor— la joven saltó desde el interior al suelo y casi se arrepintió pues el esfuerzo casi hizo que su retaguardia liberase la presión, y es que la chicas también cagan y esta... llevaba cagándose dos horas, con sus minutos y segundos.
"Me cago, me cago, me cago"
Se recompuso como buenamente pudo y salió corriendo a toda prisa, entrando justo detrás de un tipo bastante grandote que debía ir en otro de los carros. Entró en aquel antro al que llamaban posada, pero bien podía ser el recibidor de un tanatorio por la alegría que se respiraba en su interior. Sin mucho más tiempo, decidió dejar a un lado sus modales e ir a lo esencial
—¡Buenas tardes señora!— dijo la joven desde la distancia mientras se acercaba a la barra a toda velocidad —¿Me podría indicar donde esta el baño? Tengo una urgencia— más que solicitar, rogó por una respuesta rápida. Seguramente en el rostro debía de notarse que estaba apunto de suceder una tragedia
"Por favor, por favor" la joven no tenía ni tiempo ni ganas de pararse a observar la sala, solo sabía uqe había muebles, mucho polvo, una mesera y esperaba que un baño cerca.
—Vamos a parar aquí por un rato, pequeña. Tienes cuarenta minutos para comer, cagar, o lo que sea que quieras hacer. En 40 minutos salgo, si no estás en el carro, te quedas aquí.
—Entendido, señor— la joven saltó desde el interior al suelo y casi se arrepintió pues el esfuerzo casi hizo que su retaguardia liberase la presión, y es que la chicas también cagan y esta... llevaba cagándose dos horas, con sus minutos y segundos.
"Me cago, me cago, me cago"
Se recompuso como buenamente pudo y salió corriendo a toda prisa, entrando justo detrás de un tipo bastante grandote que debía ir en otro de los carros. Entró en aquel antro al que llamaban posada, pero bien podía ser el recibidor de un tanatorio por la alegría que se respiraba en su interior. Sin mucho más tiempo, decidió dejar a un lado sus modales e ir a lo esencial
—¡Buenas tardes señora!— dijo la joven desde la distancia mientras se acercaba a la barra a toda velocidad —¿Me podría indicar donde esta el baño? Tengo una urgencia— más que solicitar, rogó por una respuesta rápida. Seguramente en el rostro debía de notarse que estaba apunto de suceder una tragedia
"Por favor, por favor" la joven no tenía ni tiempo ni ganas de pararse a observar la sala, solo sabía uqe había muebles, mucho polvo, una mesera y esperaba que un baño cerca.