Este foro utiliza cookies
Este foro utiliza cookies para guardar tu información de inicio de sesión si estás registrado, y tu última visita si no lo estás. Las cookies son pequeños documentos de texto guardados en tu ordenador; las cookies establecidas por este foro sólo pueden ser utilizadas en este mismo sitio y no poseen riesgos de seguridad. Las cookies de este foro también llevan un registro de los temas que has leído y cuándo fue la última vez que los leíste. Los administradores NO tienen acceso a esta información, sólo TU NAVEGADOR. Por favor confirma si aceptas el establecimiento de estas cookies.

Se guardará una cookie en tu navegador sea cual sea tu elección para no tener que hacerte esta pregunta otra vez. Podrás cambiar tus ajustes sobre cookies en cualquier momento usando el link en el pie de página.
Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#14
La impresión que el antro causó en la chica sin duda fue sobrecogedora, pero a regañadientes supo apañárselas para atascar el posible retroceso de la puerta. Por suerte o desgracia, nadie hizo amago de empujar la susodicha, nadie mas parecía interesado en entrar en ese zulo al que había recurrido la pequeña. Tras acabar su tarea, combatiendo tanto como podía con las ganas de vomitar, terminó por enjuagarse el rostro y las manos en el grifo. No tardó en abandonar la estancia, dejando que las puertas se cerrasen a su paso.

Solucionada su urgencia, se acercó a la mesera y reclamó su atención. La mujer, con el mismo desdén inicial, alzó la mirada por la barra para alcanzar a ver a la pequeña. Fue entonces que la chica solicitó un bocadillo de "cualquier cosa" para llevar. La petición era de lo mas peculiar, aunque de seguro por esos lares no quedaba cerca de las mas absurda. La mujer hizo una mueca de desagrado completo, torciendo el labio en un gesto claramente indignado. Se levantó del poyo, y tardó algo en movilizarse hacia la parte mas alejada, donde una tabla de madera se salvaguardaba parcialmente del polvo.

Viá ve queai... —Acompañó la mujer en el camino. No tardó demasiado en llegar hasta la zona donde quizás podía haber algo de charcutería, aunque tampoco puso énfasis alguno en apremiar el tiempo. Al llegar, tomó de bajo la barra una bolsa blanca que casi parecía elaborada de cartón, rugosa y dura, además de escandalosa. De ésta tomó una barra bastante abundante, y volvió a dejar el resto en el mismo lugar. Dejó el pan sobre la tabla de cortar, y se giró buscando algo con qué cortarlo. Tras ella había una especie de cubo, entre otros muchos trastos, del cuál tomó un cuchillo. Volvió a girarse, y agarró el pan.

Una estacada, limpia y certera, dividió el pan en dos, dos mitades casi perfectas que cayeron sobre la tabla de cortar; válgase la redundancia. Tras ello, volvió a girarse para dejar el cuchillo en el mismo lugar —¿Para qué limpiarlo?— total, por mucho que cortase pan con éste no iba a ensuciarse.

¡PLUF!

Un golpe en seco dejó sin vida a una pequeña cucaracha que quería adueñarse del pan, o de las migajas, a saber.

Tras sacudir un par de veces la mano, la mujer se reclinó de nuevo y abrió lo que parecía ser un cajón. De éste, sacó un trozo de plástico translúcido que dejaba entrever algo parecido a un embutido procedente de a saber qué animal. Sin dudarlo un solo instante, la mujer usó la misma mano con la que había matado la cucaracha para depositar el embutido en el pan. Volvió a dejar el plástico en el mismo sitio, y volvió para rematar la tarea. Cerró el bocadillo, y lo metió a palo seco en una bolsa de plástico, tras lo cuál se dirigió de nuevo hacia la chica.

Zon ventisai ryo. —Inquirió la mesera. —Y cuatro der baño

Si, parecía increíble pero era cierto, quería cobrarle el entrar en el aseo. Muy a su pesar, la mirada de la mujer no mostraba ápice alguno de broma, se clavaba en la chica como un puñal. En el mismo instante, dejó frente a ella el bocadillo.
[Imagen: 2UsPzKd.gif]
Responder


Mensajes en este tema
[Misión Rango D] ¡¿Una misión rango M?! - por Yuki - 19/02/2017, 21:55
RE: [Misión Rango D] ¡¿Una misión rango M?! - por Aiko - 1/03/2017, 22:43


This forum uses Lukasz Tkacz MyBB addons.