2/03/2017, 15:51
Riko se había despertado animado aquella mañana, por lo que, en cuanto estuvo listo, se dispuso a salir a dar una vuelta por la villa, a ver qué podía hacer.
Su paseo le había llevado al Jardín de los Cerezos, el pequeño pulmón de la Villa que, en aquella época se encontraba precioso, con todos los cerezos en flor, como solía ser en primavera, lo que, sumado al excelente tiempo que hacía aquel día, había animado a otros tantos habitantes de la aldea a salir a disfrutar de las calles. En el Jardín, el peliblanco se encontró con unos antiguos compañeros de academia, genins recién graduados que había decidido entrenar en uno de los claros del lugar.
Durante el entrenamiento, el de ojos violetas veía gente ir y venir, pero se centró sobre todo en un joven de más o menos su edad, destacable, en su mayoría, por el intenso color carmesí de sus cabellos.
— ¡Bueno chicos, yo lo dejo por hoy! ¡Otro día seguimos! ¿Vale? — Se despidió Riko de sus compañeros de entrenamiento, de forma enérgica, y, como si nada, se dirigió a donde se encontraba el chico pelirrojo.
De un pequeño saltito se sentó justo a su lado, aún tratando de recobrar el aliento perdido en el entrenamiento y con la frente perlada a causa del sudor.
— ¿Qué lees?
Su paseo le había llevado al Jardín de los Cerezos, el pequeño pulmón de la Villa que, en aquella época se encontraba precioso, con todos los cerezos en flor, como solía ser en primavera, lo que, sumado al excelente tiempo que hacía aquel día, había animado a otros tantos habitantes de la aldea a salir a disfrutar de las calles. En el Jardín, el peliblanco se encontró con unos antiguos compañeros de academia, genins recién graduados que había decidido entrenar en uno de los claros del lugar.
Durante el entrenamiento, el de ojos violetas veía gente ir y venir, pero se centró sobre todo en un joven de más o menos su edad, destacable, en su mayoría, por el intenso color carmesí de sus cabellos.
— ¡Bueno chicos, yo lo dejo por hoy! ¡Otro día seguimos! ¿Vale? — Se despidió Riko de sus compañeros de entrenamiento, de forma enérgica, y, como si nada, se dirigió a donde se encontraba el chico pelirrojo.
De un pequeño saltito se sentó justo a su lado, aún tratando de recobrar el aliento perdido en el entrenamiento y con la frente perlada a causa del sudor.
— ¿Qué lees?
![[Imagen: tumblr_n4fzpkaZST1rmi71zo1_500.gif]](https://78.media.tumblr.com/ef716a7a224d02d15153150120153d79/tumblr_n4fzpkaZST1rmi71zo1_500.gif)
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