4/03/2017, 17:49
Las autoritarias palabras del gennin hicieron mella en la voluntad de los dos agresores, que aunque se mantuvieron firmes al principio, ya no exhibían tanta seguridad en sí mismos como antes. La víctima, cuyo rostro —al igual que el del chico que la sostenía por detrás— no podía ver Ralexion, trató de liberarse otra vez forcejeando contra su agresor.
—¡Kusajin de mierda! ¡Te digo que te estés quiet...!
El muchacho que sostenía al agredido exhaló una bocanada de aire cuando su víctima le propinó un cabezazo directamente en la nariz. El chico se liberó de sus ataduras, se metió la mano en el bolsillo y sacó un objeto que luego arrojó al suelo.
Un resplandor cegador inundó por momentos el callejón. Cuando los presentes recuperaron la vista, aquel muchacho había desaparecido. No quedaba rastro de él allí, pero sí que estaban los dos agresores.
—¡Me cago en...! ¡Se nos ha escapado por tu culpa, gennin-kun! —bufó el más regordete de los dos, el que había estado propinando puñetazos.
—Mierda, Takeshi-san, ¡estamos perdidos! —respondió el otro, que había caído de bruces al suelo—. Nobita-san se vengará de nosotros, ¡te dije que era una mala idea!
Con lágrimas en los ojos, el muchacho empezó a llorar sentado en el suelo, mientras el otro trataba de mantener la compostura. Blanco como una sábana.
—¡Kusajin de mierda! ¡Te digo que te estés quiet...!
El muchacho que sostenía al agredido exhaló una bocanada de aire cuando su víctima le propinó un cabezazo directamente en la nariz. El chico se liberó de sus ataduras, se metió la mano en el bolsillo y sacó un objeto que luego arrojó al suelo.
Un resplandor cegador inundó por momentos el callejón. Cuando los presentes recuperaron la vista, aquel muchacho había desaparecido. No quedaba rastro de él allí, pero sí que estaban los dos agresores.
—¡Me cago en...! ¡Se nos ha escapado por tu culpa, gennin-kun! —bufó el más regordete de los dos, el que había estado propinando puñetazos.
—Mierda, Takeshi-san, ¡estamos perdidos! —respondió el otro, que había caído de bruces al suelo—. Nobita-san se vengará de nosotros, ¡te dije que era una mala idea!
Con lágrimas en los ojos, el muchacho empezó a llorar sentado en el suelo, mientras el otro trataba de mantener la compostura. Blanco como una sábana.