—...Isa Kagetsuna— Completó la frase de Ayame para no dejarla a la deriva.
El vato no parecía estar muy complacido con los recién llegados. Por mucho que le ofrecieran ayuda se comportaba renuente, sin dejar de mostrar su postura agresiva. Caminó hasta ambos mientras extendía los brazos como pidiendo explicaciones, mirando a los dos niños con sumo desprecio.
—¿No entendieron nada va?
—Burayan, mano, tenemos que sacarlo de ahí y pronto, pela ya si nos cachan o no.— Dijo otro de los jóvenes, colocando su mano sobre el hombre del chico de cabellos bicolor.
Kagetsuna por su parte tenía sus dudas. En el momento en el que vio las latas y los graffitis supo con que clase de gente se estaba metiendo. Se supone que cuando encuentras a un maleante lo que debes hacer es denunciarle, o al menos esa era la forma de pensar de él. Pero no, ahora eran ellos las víctimas de un incidente y le tocaba ser su rescatista. No lo iba a negar, no estaba nada complacido con eso.
"Suficiente tenía ya con acompañarla a su casa, para que ahora tenga que ocuparme de estos pandilleros."
—Va pues, háganme el paro.— Terminó por ceder.
El vato no parecía estar muy complacido con los recién llegados. Por mucho que le ofrecieran ayuda se comportaba renuente, sin dejar de mostrar su postura agresiva. Caminó hasta ambos mientras extendía los brazos como pidiendo explicaciones, mirando a los dos niños con sumo desprecio.
—¿No entendieron nada va?
—Burayan, mano, tenemos que sacarlo de ahí y pronto, pela ya si nos cachan o no.— Dijo otro de los jóvenes, colocando su mano sobre el hombre del chico de cabellos bicolor.
Kagetsuna por su parte tenía sus dudas. En el momento en el que vio las latas y los graffitis supo con que clase de gente se estaba metiendo. Se supone que cuando encuentras a un maleante lo que debes hacer es denunciarle, o al menos esa era la forma de pensar de él. Pero no, ahora eran ellos las víctimas de un incidente y le tocaba ser su rescatista. No lo iba a negar, no estaba nada complacido con eso.
"Suficiente tenía ya con acompañarla a su casa, para que ahora tenga que ocuparme de estos pandilleros."
—Va pues, háganme el paro.— Terminó por ceder.