Podía notar en el cuello que ya estaba mirando hacia las alturas ya demasiado. A Karamaru le comenzaba a molestar esa posición incómoda en la que caminaba, pero la ciudad tenía una belleza que nunca antes había visto. Y eso que la plaza central del Templo era muy hermosa.
Por fortuna para él, el espectáculo visual seguía justo por sobre la superficie. En cuánto bajo la mirada pudo ver muchos rostros diferentes, una multitud que transitaba por esas calles y que el calvo recién se daba cuenta de su presencia. Estaba acostumbrado, después de todo Amegakure era una ciudad con bastante gente, pero ver tantos locales, vestimentas y gente nueva y rara que nunca antes había visto. Era la primera vez que se daba cuenta qué tanto le gustaba observar las cosas.
Alejándose de la multitud, en cierta medida porque gente había por todos lados, tomó unas calles secundarias que lo llevaban a pasear frente a los locales más pequeños y algunas casas a menor altura, seguramente más humildes. Pero un rato después volvía a haber enormes cantidades de gente, y al rato de nuevo disminuía la cantidad.
"Cómo se nota la diferencia entre calles centrales y las que no..."
En uno de esos momentos donde la calle se abarrotaba la gente, Karamaru se fue hacia un costado y caminó por el borde del camino cerca de una valla. Estuvo largo tiempo caminando en línea recta hasta un punto donde la cantidad de personas no era tanta y se podía ver mejor alrededor...
...aunque el calvo volvía a tener los ojos clavados en las alturas. Había visto por primera vez en su estancia en esa ciudad una enorme esfera amarilla a su derecha que le llamaba demasiado la atención. Tanto que ya ni miraba para donde caminaba.
Por fortuna para él, el espectáculo visual seguía justo por sobre la superficie. En cuánto bajo la mirada pudo ver muchos rostros diferentes, una multitud que transitaba por esas calles y que el calvo recién se daba cuenta de su presencia. Estaba acostumbrado, después de todo Amegakure era una ciudad con bastante gente, pero ver tantos locales, vestimentas y gente nueva y rara que nunca antes había visto. Era la primera vez que se daba cuenta qué tanto le gustaba observar las cosas.
Alejándose de la multitud, en cierta medida porque gente había por todos lados, tomó unas calles secundarias que lo llevaban a pasear frente a los locales más pequeños y algunas casas a menor altura, seguramente más humildes. Pero un rato después volvía a haber enormes cantidades de gente, y al rato de nuevo disminuía la cantidad.
"Cómo se nota la diferencia entre calles centrales y las que no..."
En uno de esos momentos donde la calle se abarrotaba la gente, Karamaru se fue hacia un costado y caminó por el borde del camino cerca de una valla. Estuvo largo tiempo caminando en línea recta hasta un punto donde la cantidad de personas no era tanta y se podía ver mejor alrededor...
...aunque el calvo volvía a tener los ojos clavados en las alturas. Había visto por primera vez en su estancia en esa ciudad una enorme esfera amarilla a su derecha que le llamaba demasiado la atención. Tanto que ya ni miraba para donde caminaba.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘