13/03/2017, 23:51
¡Podía ver a su objetivo! Con semblante lleno de determinación siguió al rubio de tejado en tejado. Cuando el susodicho se internó en un callejón, el Uzumaki se subió a la azotea de la fachada a la que estaba colgado en ese momento para poder observar lo que ocurría en las entrañas del hueco entre edificios. Una vez allí se agachó, cual depredador.
«¡Yo les enseñaré bomba de humo...!», pensó, arqueando el gesto en uno de desagrado. Del interior de su portador de objetos sacó una canica explosiva. Era más que consciente de que la mujer del callejón era una ninja de Uzushiogakure como él, dado el protector que llevaba consigo, pero no le parecía bien que le hubieran arrebatado de esa manera el paquete.
Lanzó la bomba de forma que aterrizara entre ambos interlocutores. Entonces el pelirrojo correría verticalmente por la pared del edificio sobre el que había espiado la conversación ajena, queriendo aprovechar la confusión para caer frente al ladronzuello y arrebatarle de un tirón el paquete. Acto seguido, saldría corriendo a toda velocidad por el mismo sitio por el que había entrado el rubio, empujando a este en el proceso.
«¡Yo les enseñaré bomba de humo...!», pensó, arqueando el gesto en uno de desagrado. Del interior de su portador de objetos sacó una canica explosiva. Era más que consciente de que la mujer del callejón era una ninja de Uzushiogakure como él, dado el protector que llevaba consigo, pero no le parecía bien que le hubieran arrebatado de esa manera el paquete.
Lanzó la bomba de forma que aterrizara entre ambos interlocutores. Entonces el pelirrojo correría verticalmente por la pared del edificio sobre el que había espiado la conversación ajena, queriendo aprovechar la confusión para caer frente al ladronzuello y arrebatarle de un tirón el paquete. Acto seguido, saldría corriendo a toda velocidad por el mismo sitio por el que había entrado el rubio, empujando a este en el proceso.