14/03/2017, 01:34
El Uzumaki quiso utilizar la imagen mental de la posición de los dos sujetos para poder guiarse en la ceguera producida por el humo, sin embargo, era más sencillo decirlo que hacerlo. Al aterrizar en el callejón se sintió desorientado, tanteó a ciegas hasta dar con el que parecía ser el muchacho rubio, dada su figura.
—Ya te tengo, cabrón —farfulló entre forcejeos.
Cuando el genin logró inmovilizar al ladrón y el gas alrededor de estos se disipó, pudo cercionarse de que el paquete no se encontraba a la vista.
—¡¿Qué?! —miró al joven de ojos llorosos, miró a sus alrededores, a su espalda.
¿Se lo había llevado la kunoichi, la tal Plum-san? De ser así, había sido extremadamente rápida a la hora de actuar a pesar de que el pelirrojo había contado con el factor sorpresa. Debía tener cuidado, quizás esa mujer era peligrosa.
—Ya te tengo, cabrón —farfulló entre forcejeos.
Cuando el genin logró inmovilizar al ladrón y el gas alrededor de estos se disipó, pudo cercionarse de que el paquete no se encontraba a la vista.
—¡¿Qué?! —miró al joven de ojos llorosos, miró a sus alrededores, a su espalda.
¿Se lo había llevado la kunoichi, la tal Plum-san? De ser así, había sido extremadamente rápida a la hora de actuar a pesar de que el pelirrojo había contado con el factor sorpresa. Debía tener cuidado, quizás esa mujer era peligrosa.