15/03/2017, 15:34
—¿Qué te gustaría hacer primero? —le preguntó Akane a Ralexion con una sonrisa— ¿Salimos a ver la ciudad, o nos damos un baño en las termas?
—Pues... vamos primero a las termas —se decidió tras unos instantes.
—¡Vale! Pues vamos a cambiarnos.
El muchacho asintió. Tomaron sus mochilas al unísono, las posaron sobre la mesa y sacaron un par de yukatas de su interior, masculino y femenino, respectivamente. Procedieron a cambiarse, no sin antes correr las cortinas de la ventana. En primer lugar se desvistieron, doblaron sus ropajes y los metieron en el armario con los futones. Acto seguido se pusieron los kimonos.
El de Ralexion era muy simplón, sin adornos, de color marrón. En contraste, el de Akane resultaba más llamativo, de color blanco con bordados de color rosa con forma de pétalo. Se quitaron las sandalias y las dejaron en el suelo, próximas al armario. Ya listos, se disponían a salir de la habitación cuando...
¡CRASH! ¡BOOM!
—¡AHÍVÁLAHOSTIA! —exclamó sobresaltado el genin.
Un sujeto volador no identificado se había colado en el interior de la estancia de una forma de lo más llamativa y en absoluto silenciosa. Ralexion había dado un salto hacia atrás, golpeándose con la puerta. Mientras tanto, Akane observaba con semblante hostil al huésped inesperado.
—¿Se puede saber qué haces?
No solo había roto los cristales, se había llevado las cortinas por delante y ahora ocultaban su figura.
—Pues... vamos primero a las termas —se decidió tras unos instantes.
—¡Vale! Pues vamos a cambiarnos.
El muchacho asintió. Tomaron sus mochilas al unísono, las posaron sobre la mesa y sacaron un par de yukatas de su interior, masculino y femenino, respectivamente. Procedieron a cambiarse, no sin antes correr las cortinas de la ventana. En primer lugar se desvistieron, doblaron sus ropajes y los metieron en el armario con los futones. Acto seguido se pusieron los kimonos.
El de Ralexion era muy simplón, sin adornos, de color marrón. En contraste, el de Akane resultaba más llamativo, de color blanco con bordados de color rosa con forma de pétalo. Se quitaron las sandalias y las dejaron en el suelo, próximas al armario. Ya listos, se disponían a salir de la habitación cuando...
¡CRASH! ¡BOOM!
—¡AHÍVÁLAHOSTIA! —exclamó sobresaltado el genin.
Un sujeto volador no identificado se había colado en el interior de la estancia de una forma de lo más llamativa y en absoluto silenciosa. Ralexion había dado un salto hacia atrás, golpeándose con la puerta. Mientras tanto, Akane observaba con semblante hostil al huésped inesperado.
—¿Se puede saber qué haces?
No solo había roto los cristales, se había llevado las cortinas por delante y ahora ocultaban su figura.