15/03/2017, 15:47
Al ser consciente de lo rápido que la kunoichi se había esfumado, el pelirrojo se puso un poco nervioso. Si realmente se trataba de una ninja de alto nivel, podría haberse metido en un lío muy gordo. Un follón con el que no tenía nada que ver, para mayor inri; solo era un pobre chico de los recados.
Ignorando las quejas del rubiales, continuó observando el callejón. Una perla de sudor descendía por su frente, surcando piel y hitai-ate a partes iguales. Le pareció entrever algo en uno de los muros. Centró su mirada en ese punto, y tras unos instantes concluyó que había algo extraño. «¿Un truco...? ¿Es lo que creo que es?».
Soltó al quejica, atento a esa posición. Se fue acercando a grandes zancadas.
—Hmpf, vaya... ¿no me digas que he vuelto a perder el paquete? —dijo en voz alta, haciéndose el sueco— Será mejor que vuelva y se lo diga a mi cliente.
A ojos del chico de la bufanda podría parecer que Ralexion caminaba sin rumbo, pero nada más lejos de la verdad. Agarró la parte que se estaba "resquebrajando" de la pared y tiró de ella, esperando que conjetura fuera cierta.
—¡Kakuremino no Jutsu, eh!
Ignorando las quejas del rubiales, continuó observando el callejón. Una perla de sudor descendía por su frente, surcando piel y hitai-ate a partes iguales. Le pareció entrever algo en uno de los muros. Centró su mirada en ese punto, y tras unos instantes concluyó que había algo extraño. «¿Un truco...? ¿Es lo que creo que es?».
Soltó al quejica, atento a esa posición. Se fue acercando a grandes zancadas.
—Hmpf, vaya... ¿no me digas que he vuelto a perder el paquete? —dijo en voz alta, haciéndose el sueco— Será mejor que vuelva y se lo diga a mi cliente.
A ojos del chico de la bufanda podría parecer que Ralexion caminaba sin rumbo, pero nada más lejos de la verdad. Agarró la parte que se estaba "resquebrajando" de la pared y tiró de ella, esperando que conjetura fuera cierta.
—¡Kakuremino no Jutsu, eh!