15/03/2017, 15:58
Afortunadamente para él no se trataba de un golpe serio. Se había magullado la mejilla derecha, pero poco más. Dolía como mil demonios, aún así. También había llamado la atención de una manera bastante incómoda. Maldijo por lo bajo, acariciando el epicentro del impacto. Mientras tanto, alguien se acercó a él y se interesó por su bienestar.
—Sí, un resbalón desgraciado, nada más —afirmó tras alzar la mirada y enfocarla sobre Karamaru.
Se levantó, y esta vez se aseguraría de no resbalar; estaba moldeando su chakra en las plantas de los pies de manera que se quedara pegado al suelo. Se trataba de una habilidad con usos más impresionantes, pero también servía para situaciones más cotidianas como aquella.
—Gracias por tu preocupación —expresó con tono sincero, tras lo cual se agachó a recoger la toalla, que también había caído—. Me llamo Uzumaki Ralexion. Perdona si he interrumpido tu baño.
—Sí, un resbalón desgraciado, nada más —afirmó tras alzar la mirada y enfocarla sobre Karamaru.
Se levantó, y esta vez se aseguraría de no resbalar; estaba moldeando su chakra en las plantas de los pies de manera que se quedara pegado al suelo. Se trataba de una habilidad con usos más impresionantes, pero también servía para situaciones más cotidianas como aquella.
—Gracias por tu preocupación —expresó con tono sincero, tras lo cual se agachó a recoger la toalla, que también había caído—. Me llamo Uzumaki Ralexion. Perdona si he interrumpido tu baño.