17/03/2017, 01:14
De brazos cruzados y semblante severo, Ralexion prestó atención a las palabras de la kunoichi. Torció el gesto, algo molesto porque le llamara "merluzo". No obstante, se mantuvo en silencio hasta que la chica empezó a marcharse como si no pasara nada, a lo que este se aclaró la garganta.
—Primero devuélveme el paquete —le ordenó, crujiéndose los nudillos— Y entonces pírate a donde te de la gana.
No estaba bromeando. Incluso aunque se tratara de una compatriota de su aldea, se sentía más que dispuesto a pelear por el objeto que le habían arrebatado. Tensó los músculos de sus brazos y piernas de forma inconsciente, casi imperceptible. Atravesó con sus amarronados orbes a la kunoichi...
—Primero devuélveme el paquete —le ordenó, crujiéndose los nudillos— Y entonces pírate a donde te de la gana.
No estaba bromeando. Incluso aunque se tratara de una compatriota de su aldea, se sentía más que dispuesto a pelear por el objeto que le habían arrebatado. Tensó los músculos de sus brazos y piernas de forma inconsciente, casi imperceptible. Atravesó con sus amarronados orbes a la kunoichi...