17/03/2017, 19:45
Aparentemente todos estaban de acuerdo con el plan. Era de suma urgencia rescatar al muchacho, sin embargo hubo algo en las palabras de la chica de cabellos negros que descolocó al jefe de la banda.
—¡Ni se te ocurra llamar a nadie!— Nuevamente se puso tenso y agresivo. Prácticamente gritándole a la muchacha —¡Nadie debe enterarse, nadie! ¿Va?
—Ya bájale— El Senju se acercó para agarrarle el brazo —¿Qué te importa más, la seguridad de tu amigo o que descubran tu travesura?
El de cabellos bicolor apretó los dientes, mirando fijamente al de iris turquesa. Se soltó del agarre con gesto brusco, para luego voltear la cara y escupir al suelo. No respondió nada, pero se acercó a Ayame y con la misma brusquedad arrebató de las manos de esta última la vara de metal. No le agradaba tener que cooperar con dos posibles shinobis.
—Hahhhh— Suspiró para luego cruzarse de brazos y negar con la cabeza. —Pst, pst.— Trató de llamar la atención de la Hozuki —¿Qué haremos con ellos cuando lo saquemos de ahí abajo?
Era hora de ponerse manos a la obra. Con el fierro doblado lo colocaron debajo de las tablas, ejerciendo presión para levantar el túmulo de maderas, más no parecía ser suficiente para darle espacio al chico. Era necesario levantar en otros puntos para poder sacarlo.
—¡Ni se te ocurra llamar a nadie!— Nuevamente se puso tenso y agresivo. Prácticamente gritándole a la muchacha —¡Nadie debe enterarse, nadie! ¿Va?
—Ya bájale— El Senju se acercó para agarrarle el brazo —¿Qué te importa más, la seguridad de tu amigo o que descubran tu travesura?
El de cabellos bicolor apretó los dientes, mirando fijamente al de iris turquesa. Se soltó del agarre con gesto brusco, para luego voltear la cara y escupir al suelo. No respondió nada, pero se acercó a Ayame y con la misma brusquedad arrebató de las manos de esta última la vara de metal. No le agradaba tener que cooperar con dos posibles shinobis.
—Hahhhh— Suspiró para luego cruzarse de brazos y negar con la cabeza. —Pst, pst.— Trató de llamar la atención de la Hozuki —¿Qué haremos con ellos cuando lo saquemos de ahí abajo?
Era hora de ponerse manos a la obra. Con el fierro doblado lo colocaron debajo de las tablas, ejerciendo presión para levantar el túmulo de maderas, más no parecía ser suficiente para darle espacio al chico. Era necesario levantar en otros puntos para poder sacarlo.