18/03/2017, 00:32
—¿Que a qué me refiero?— Alzó la ceja, mirando a ambos lados cerciorándose que la atención no estaba puesta en ellos —¡Pues a que tenemos aquí a una pandilla de delincuentes juveniles que han graffiteado las paredes y de paso causaron un incidente en un área restringida de construcción!— Estaba alterado, pero trataba de mantener baja la voz. No le entraba en la cabeza que Ayame fuese tan cándida.
»Ya, que más da...
No parecía que la prospecto de kunoichi entendiese la preocupación del Senju. ¿Qué era cruel pensar en entregarlos a las autoridades cuando estaban en problemas? ¡Eran criminales! No lo entendía, simplemente no lo entendía. Se dio la vuelta y hacía ademanes de aquí para allá, buscando calmarse mientras para sus adentros mantenía un monólogo un tanto peculiar.
"Que bonito, que bonito. Que la ley de lo intangible me restriegue un bistec en la cara. No sé que divago. Oh, pero luego es de mala suerte que no llueva en vez de estar agradecidos que por fin podemos ver el puto sol, por el régimen demagogo del presidente de las farmacéuticas. Claro, como el queso y el maní se complementan. Y luego el pato cruzó el puente con sus patitos, mientras se columpiaban en la tela de una araña. Yoh jo jo, ¿ilógico? Nooooooooo, como va ser eeesooooo. Que cuando se enteren que ayudamos a los bandidos me nombraran el próximo Arashikage. ¡QUÉ ME PARTA UN MAL RAYO!"
Mientras el se distraía, los demás seguían concentrados en rescatar al joven.
—Gracias— Dijo el muchacho a Ayame por pasarle el tubo. Con la vara de metal lograron levantar por el lado derecho, mientras que con el tubo el izquierdo. Aún así hizo falta ayuda de un par de manos más para sujetar toda la estructura. —¡Rápido! ¡Safate de ahí que no aguantaremos el peso mucho tiempo!
—No, no siento las piernas, no me responden— Dijo con voz adolorida.
—Tendremos que jalarlo— Dijo sorpresivamente Kagetsuna tras haberse calmado.
»Ya, que más da...
No parecía que la prospecto de kunoichi entendiese la preocupación del Senju. ¿Qué era cruel pensar en entregarlos a las autoridades cuando estaban en problemas? ¡Eran criminales! No lo entendía, simplemente no lo entendía. Se dio la vuelta y hacía ademanes de aquí para allá, buscando calmarse mientras para sus adentros mantenía un monólogo un tanto peculiar.
"Que bonito, que bonito. Que la ley de lo intangible me restriegue un bistec en la cara. No sé que divago. Oh, pero luego es de mala suerte que no llueva en vez de estar agradecidos que por fin podemos ver el puto sol, por el régimen demagogo del presidente de las farmacéuticas. Claro, como el queso y el maní se complementan. Y luego el pato cruzó el puente con sus patitos, mientras se columpiaban en la tela de una araña. Yoh jo jo, ¿ilógico? Nooooooooo, como va ser eeesooooo. Que cuando se enteren que ayudamos a los bandidos me nombraran el próximo Arashikage. ¡QUÉ ME PARTA UN MAL RAYO!"
Mientras el se distraía, los demás seguían concentrados en rescatar al joven.
—Gracias— Dijo el muchacho a Ayame por pasarle el tubo. Con la vara de metal lograron levantar por el lado derecho, mientras que con el tubo el izquierdo. Aún así hizo falta ayuda de un par de manos más para sujetar toda la estructura. —¡Rápido! ¡Safate de ahí que no aguantaremos el peso mucho tiempo!
—No, no siento las piernas, no me responden— Dijo con voz adolorida.
—Tendremos que jalarlo— Dijo sorpresivamente Kagetsuna tras haberse calmado.