18/03/2017, 16:31
Los ojos de Ralexion se abrieron como platos, se llevó la siniestra a la boca en pos de taparse la boca. Se le antojó una idea terrible, pero era culpa suya por haberle pedido sugerencias al calvo. Dudó durante unos momentos, mordiéndose el labio inferior.
—¿En serio...? Ay dios, pero es que no me gusta espiar como no sea para cumplir una misión... —miró a los lados— Bueno, está bien... que no se diga que no afronto los retos.
Deseó muy fuerte en su fuero interno que aquellos pervertidos lo consiguieran, aunque fuera en contra de sus valores morales, para así salvarse él. «Versátiles, dice, cuando nunca ha cumplido una misión. Además, gran parte de esa versatilidad viene porque tenemos esas habilidades, si nos las quitas, no somos mucho mejores que una persona normal con una capacidad física decente. ¿En qué me he metido...? En fin...».
Suspiró.
—¿En serio...? Ay dios, pero es que no me gusta espiar como no sea para cumplir una misión... —miró a los lados— Bueno, está bien... que no se diga que no afronto los retos.
Deseó muy fuerte en su fuero interno que aquellos pervertidos lo consiguieran, aunque fuera en contra de sus valores morales, para así salvarse él. «Versátiles, dice, cuando nunca ha cumplido una misión. Además, gran parte de esa versatilidad viene porque tenemos esas habilidades, si nos las quitas, no somos mucho mejores que una persona normal con una capacidad física decente. ¿En qué me he metido...? En fin...».
Suspiró.