18/03/2017, 16:55
—Es la taberna de mi prima la respuesta del conductor fue bastante cortante, al parecer no le había sentado nada bien la breve opinión sobre el servicio que prestaba su familiar en aquella posada de mala muerte.
—..Es...to...— la joven casi estuvo apunto de palidecer ante la metedura de pata —Creo que... me he dejado algo ahí atrás...— metió la cabeza de vuelta al carro a toda prisa, no fuese a que el carretero se ofendiese más y terminase abandonándola en mitad de aquel bosque
"Puff... menos mal que no solté todo lo que pienso de esa mierda de posada" el estómago de la joven volvió a rugir mientras pasaba sobre una caja enorme, de camino a su asiento "Aguanta Izumi, ya falta poco"
—Tshh! Tsh! — la misteriosa viajera trataba de atraer su atención, o al menos esa fue la primera impresión de la pelirosa que se detuvo a mitad de camino.
"¿Me está llamando?" la joven volvió la cabeza, y allí estaba la mujer , señalando un pequeño bulto de aluminio "¿Qué es eso?" la chica detuvo su viaje hasta su rincón, para retroceder hasta el lugar donde le señalaba la mujer
—¿Quieres que te alcance esto?— la chica se acercó hasta el bulto, desde el que recibió un aroma muy familiar —hmmm— lo cogió con las dos manos —¡Esto... es...!— Izumi no se lo podía creer, lo desenvolvió un poco para desvelar el suculento bocadillo —¡Comida!— la boca empezaba a hacersele agua
"Estoy muerta de hambre... pero no se si aceptar comida de una extraña que bien podría ser una asesina en serie y haberlo envenenado sea una buena política" el estómago de la joven volvió a rugir, ansioso por recibir aquel manjar en su interior "Aunque lo mismo solo es una buena señora algo tímida... y la estoy prejuzgando equivocadamente"
—Le agradezco el detalle, pero no puedo aceptarlo— la joven volvió a cerrar el paquetito de aluminio con cuidado —Es suyo, y estoy segura de que también tendrá hambre— le tendió el bocadillo a la mujer —Además, ya falta poco para llegar a destino. Así que no se preocupe añadió la joven con un sonrisa, tratando de divisar con su mirada el rostro de la encapuchada