22/03/2017, 04:23
—Mushoo gusto —intentó decir la pequeña, acurrucada en los brazos de su padre — ¡yo soy Inaru, tengo shinco años y me gushta el chocolate!
El padre rió, y le dio dos palmaditas en la espalda. Luego se levantó y señaló ciertas áreas de la casa.
—Allá puedes ver la cocina, si tienes hambre o a Inaru le provoca coger algún bocadillo, siéntete libre de entrar. Aquí hay unos cuantos libros con los que quizás puedas entretenerte, y arriba, subiendo las escaleras a mano derecha está su habitación. El pasillo izquierdo, donde está mi cuarto y el despacho principal, está prohibido para ambas. Inaru sabe muy bien que no se puede entrar allí, ¿vale?
Miramoto miró el reloj de la sala y apretó los dientes, sabiéndose retrasado.
—Dios, es tarde ya. Dime, ¿tienes alguna pregunta?... ya debo partir.
El padre rió, y le dio dos palmaditas en la espalda. Luego se levantó y señaló ciertas áreas de la casa.
—Allá puedes ver la cocina, si tienes hambre o a Inaru le provoca coger algún bocadillo, siéntete libre de entrar. Aquí hay unos cuantos libros con los que quizás puedas entretenerte, y arriba, subiendo las escaleras a mano derecha está su habitación. El pasillo izquierdo, donde está mi cuarto y el despacho principal, está prohibido para ambas. Inaru sabe muy bien que no se puede entrar allí, ¿vale?
Miramoto miró el reloj de la sala y apretó los dientes, sabiéndose retrasado.
—Dios, es tarde ya. Dime, ¿tienes alguna pregunta?... ya debo partir.