23/03/2017, 12:06
Pero lo que Daruu vio no era una persona, era una calabaza. Una calabaza enorme con brazos y piernas, siendo más exactos. Bueno, las calabazas no tienen brazos ni piernas, en realidad. Más bien era alguien cargando con una hortaliza de tal tamaño que solo se podían apreciar sus extremidades.
El sujeto tenía la respiración algo acelerada. Cada vez que daba un paso adelante se hacía notar que el peso con el que cargaba no era despreciable. Llevaba desde las cinco de la madrugada cargando con calabazas, y esa era la más grande por el momento.
Ignoraba que había otro ser humano en los alrededores.
—Podría decirse que me han dado calabazas —dijo para sí, riéndose por lo bajo.
El humor le ayudaba a sobrellevar el cansancio físico y mantenerse positivo. Era una labor manual de lo más pesada y repetitiva, pero era parte de una misión, después de todo. Además, le habían prometido sopa de calabaza más tarde, y había escuchado maravillas sobre la delicatessen de Yachi.
El sujeto tenía la respiración algo acelerada. Cada vez que daba un paso adelante se hacía notar que el peso con el que cargaba no era despreciable. Llevaba desde las cinco de la madrugada cargando con calabazas, y esa era la más grande por el momento.
Ignoraba que había otro ser humano en los alrededores.
—Podría decirse que me han dado calabazas —dijo para sí, riéndose por lo bajo.
El humor le ayudaba a sobrellevar el cansancio físico y mantenerse positivo. Era una labor manual de lo más pesada y repetitiva, pero era parte de una misión, después de todo. Además, le habían prometido sopa de calabaza más tarde, y había escuchado maravillas sobre la delicatessen de Yachi.