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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#25
Tras volver a su lugar, la joven trató de distraerse observando el bosque que iba quedando tras la carreta. Según le había dicho el conductor faltaba poco para llegar a su destino, con un poco de suerte en una hora o menos estaría plantada delante de su destino y quizás, con un poco más de suerte un buen plato de comida. Sin embargo, paso una hora... y otra, y luego otra. Aquel maldito bosque empezaba a antojársele infinito, tras cada maldito árbol, había doscientos más.

"¿No decía que íbamos a llegar ya?" se lamentaba la joven que agarraba fuertemente su estómago con ambas manos mientras apoyaba la cabeza sobre sus rodillas, el hambre la estaba consumiendo por dentro. Nunca en la vida había estado tanto tiempo sin probar bocado y su voluntad empezaba a flaquear "Creo que voy a desmayarme si sigo así..." cuando estaba apunto de rendirse, el aroma del bocadillo que antes había rechazado cruzó la carreta hasta su hocico que parecía haberse afinado tanto como el de un perro. En su mente empezaron a aparecer fornidas bolas de pulpo frito que la invitaban a una salvaje fiesta de comida "Pulpooo" casi se le caía la baba, suspiraba por devorar a aquel bocadillo. Levantó la mirada y observó a la mujer en la otra esquina, parecía no haberse movido en todo este tiempo, estiró el cuello para mirar sobre las cajas y allí estaba el bocadillo, justo donde la chica lo había dejado "¡¡Sigue ahí!!" aquel pensamiento la emocionó como ningún objeto lo había hecho "Parece que ella no lo quiere... pero después de haberlo rechazado estaría feo recogerlo..." su estómago rugió como lo haría un poni bijuu endemoniado destruyendo una maldita aldea "Si, tienes razón" la joven estaba perdiendo ya el norte, ahora había empezado a dialogar con su estómago "Es un asunto de vida o muerte, si no como no podré cumplir la misión y si no cumplo mi misión... no podré impresionar a Morikage-sama" la muchacha ser armó de valor y con cierta dificultad, se puso en pie. El traqueteo del carro, su debilidad y algún que otro giro, casi la derriban pero consiguió abrirse paso entre las cajas hasta llegar de nuevo frente a la mujer con el bocadillo "Ahí... está" la joven miró con deseo el envoltorio de papel de plata, casi relamiéndose cual gata frente a un indefenso ratón bajo sus zarpas —Sí todavía me lo ofrece, lo tomaré con gusto. Muchas gracias— la chica alargó la mano y cogió el bocadillo como un monillo que acabase de robar a un incauto turista, para después volver hasta su lugar en la otra esquina. Se acomodó mientras su boca se hacia agua, desenvolvió el bocadillo y la magia del amor surgió entre ambos. El bocata la miró a ella, y ella al bocata, una bella historia de amor que conmovería el mundo años más tarde "Es... hermoso" la joven se lo llevó a la boca y le pegó un bocado, mientras arrancaba un pedazo con sus dientes pudo notar la textura del pan, el pulpo resquebrajándose entre sus dientes... pero lo mejor llegó al saborearlo, jamás en toda su vida, en ninguno de esos restaurantes que se hacían llamar de lujo, había probado un alimento que estuviese tan cerca de la perfección culinaria "Ni siquiera Gordon Raynsaku sería capaz de hacer algo tan delicioso" la chica lo devoró sin piedad y en apenas unos minutos ese manjar había desaparecido de entre sus manos —Mucha gracias por la comida— agradeció la joven mirando hacia el rincón donde la mujer permanecía en silencio.

Ahora que se había librado del hambre, todo parecía cambiar a mejor. Cuando se dio cuenta, el sol impactaba sobre la lona que cubría carromato. Miró hacia atrás y pudo ver como el bosque iba quedando atrás, de hecho ahora a los lados del camino comenzó a divisar campos de arroz —¡Por fin estoy cerca!— Izumi no pudo contenerse de la emoción, pronto podría mandar aquel maldito carro a hacer puñetas y ponerse manos a la obra

Tras un rato más de viaje, el vehículo se detuvo —Ya hemos llegado, mocosa. Puedes bajar ya.

La pelirosa pudo detectar cierta molestia en la voz del conductor, al parecer seguía resentido por el inocente comentario que había vertido sobre la calidad de la atención recibida en la posada de su prima "Menos mal que me mordí la lengua" Izumi había saltado como un resorte, estaba deseando mandar a la mierda al conductor, a su prima y al carro... pero con educación. Antes de bajarse, se dirigió hacia la mujer haciendo una reverencia —Muchísimas gracias— recuperó la verticalidad —Espero que el viaje le sea ameno— una vez despedida de su habladora compañera de viaje, la chica bajó de un salto.

Recorrió con la mirada el lugar hasta encontrar con un edificio de buen tamaño, el único que había por la zona de hecho. Sus ojos repararon rápidamente en el cartel del establecimiento para confirmar que el tipo no le había dejado en otra parte —Muchas gracias por traerme hasta aquí, buen viaje— se despidió la joven mientras observaba cada rincón de aquella fortaleza de madera.

En la puerta había una mujer atavíada con un kimono de diario en color blanco con un obi negro "Vaya... supongo que debe ser ella la que encargó la misión" La mirada de Izumi se encontró con aquellos ojos azules como de reptil, que daban una dureza genuina al rostro de aquella señora, enmarcado por un cabello negro como la noche "Bueno... peor que la prima del conductor no podrá ser... ¿no?" trató de animarse la joven, aunque por la postura estirada de la mujer que tenía en frente podía deducir que la cosa iba a ser complicada, había conocido a mucha gente así "Acabemos con esto..." el carro hacia un minuto que había arrancado, así que ella decidió hacer lo propio y acercarse hasta quedar a un par de metros de la señora

—Buenos días— hizo la pertinaz reverencia al saludo —Sanshoo Izumi, Gennin de Kusagakure— se presentó antes de recuperar la verticalidad, mientras esperaba a que la mujer rompiera el silencio
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Mensajes en este tema
[Misión Rango D] ¡¿Una misión rango M?! - por Yuki - 19/02/2017, 21:55
RE: [Misión Rango D] ¡¿Una misión rango M?! - por Yuki - 25/03/2017, 01:20


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