Tres formas de ver a los ninjas

Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.

Tres formas de ver a los ninjas

Hanamura Kazuma Sin conexión

Sin ficha

Nivel: 10
Exp: 396 puntos
Dinero: 1950 ryōs

· Fue 35

· Pod 30

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· Int 50

· Agu 20

· Car 20

· Agi 20

· Vol 50

· Des 45

· Per 20

#34

26/03/2017, 03:51

“Vale, se lo ha tomado mejor de lo que esperaba, pero...” reconoció al escuchar la respuesta de Kagetsuna.

Kōtetsu se disponía a poner un contra al argumento del tuerto, pero la voz del pelirrojo fue la primera en manifestarse. Luego de semejante critica, esperaba que el oriundo de Kusagakure reaccionara de forma volátil y poco reflexiva, tal como lo había hecho minutos antes, pero, muy sorpresivamente, se comporto muy calmada y conciliadoramente. Se le hacía obvio que aquello no era propio de aquel muchacho, por lo que debía de necesitar de un gran esfuerzo para acallar sus impulsos y conseguir enhebrar las palabras en una agradable disculpa.

—¿Te parece eso suficiente, Kagetsuna-san? —pregunto con humor relajado—. A mí me ha parecido una disculpa adecuada y una petición bastante aceptable.

Ver a aquel chico avergonzado y con una mano en la nuca bastaba para convencerlo, puede que por ser un tanto abierto en lo que a escuchar opiniones se refiere. Pero resultaba difícil saber si bastaría para ablandar la dura y rígida forma de pensar de aquel que había viajado desde Amegakure.

“Vamos, decídete pronto” pensaba mientras la fría llovizna comenzaba a convertirse en lluvia.