16/06/2015, 16:10
Pues al final resultó ser verdad. El tipo aprovecho el choque en el aire para colocar dos bombitas en mis piernas las cuales detonaron al entrar en contacto con el calor de la explosión que yo mismo había provocado y por un maldito fallo de cálculo, pequeño pero decisivo, salí por los aires a la vez que el clon se disipaba entre el humo negro. Llegué a rodar unos cuantos metros hasta que el agua de mar mojaba mi camiseta y mis pantalones. Por desgracia para el arcillero, Naomi observó la secuencia con minucioso detalle, se había percatado de todo y ahora veía como su hijo yacía inconsciente en el suelo. Arrugó el entrecejo y tan rápido como pudo se colocó con al rodilla izquierda apoyada en la arena para comrpobar que Yota se encontrase bien.
-Menos mal- dijo con un tono enrabietado.
Las constantes vitales, aunque noe ran tan frequentes como hacia unos segundos, no había peligro de que disminuyesen mucho más. Lo más grave del asunto eran las quemaduras provocadas por las bombitas de Yoshimitsu. La mujer cargó con el mullido cuerpo de Yota y lo apartó del cauce de las olas, colocandolo en una posición en la que le fuese fácil respirar, situandolo de costado y asegurandose de que la arena no entraba por ninguno de sus orificios, ni la boca ni la nariz. Después se levantó y se fue acercando al verdadero Yoshimitsu. A ella no iba a engañarla con unos simples bunshins.
-¡Tú! ¿Qué es exactamente lo que pretendías, pequeño hijo de puta? Será mejor que te largues antes de que sea demasiado tarde-
Los ojos de la kuniochi estaban cargados de rabia y dolor. Aquel iba a ser el único aviso que iba a recibir por parte de Senju Naomi e iba a ser mejor que le hiciese caso si apreciaba su vida.
-Menos mal- dijo con un tono enrabietado.
Las constantes vitales, aunque noe ran tan frequentes como hacia unos segundos, no había peligro de que disminuyesen mucho más. Lo más grave del asunto eran las quemaduras provocadas por las bombitas de Yoshimitsu. La mujer cargó con el mullido cuerpo de Yota y lo apartó del cauce de las olas, colocandolo en una posición en la que le fuese fácil respirar, situandolo de costado y asegurandose de que la arena no entraba por ninguno de sus orificios, ni la boca ni la nariz. Después se levantó y se fue acercando al verdadero Yoshimitsu. A ella no iba a engañarla con unos simples bunshins.
-¡Tú! ¿Qué es exactamente lo que pretendías, pequeño hijo de puta? Será mejor que te largues antes de que sea demasiado tarde-
Los ojos de la kuniochi estaban cargados de rabia y dolor. Aquel iba a ser el único aviso que iba a recibir por parte de Senju Naomi e iba a ser mejor que le hiciese caso si apreciaba su vida.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa