26/03/2017, 23:57
(Última modificación: 26/04/2017, 15:44 por Amekoro Yui.)
—Adelante.
Cuando Karamaru pasara, observaría que el despacho de la Arashikage tenía un aspecto pulcro, y a grandes rasgos, normal. Varios casilleros, un armario, una bandera con el símbolo de Amegakure en uno de los lados de la pared, un escritorio con una silla a juego y un balcón detrás de este. Lo más llamativo era el trofeo de cabeza de tiburón que se encontraba colgado encima de la ya mencionado mirador.
—¿En qué puedo ayudarte, calvito? —la mujer enarboló una sonrisa, mostrando sus dientes de sierra— Nunca te había visto por aquí.
Yui-sama, la Arashikage en carne y hueso, iba vestida con la icónica túnica de Kage, mientras que el sombrero descansaba sobre la mesa. En su lugar se podía discernir su cabellera azabache.
El dedo índice de su mano derecha daba rítmicos toques al escritorio, impaciente.
Cuando Karamaru pasara, observaría que el despacho de la Arashikage tenía un aspecto pulcro, y a grandes rasgos, normal. Varios casilleros, un armario, una bandera con el símbolo de Amegakure en uno de los lados de la pared, un escritorio con una silla a juego y un balcón detrás de este. Lo más llamativo era el trofeo de cabeza de tiburón que se encontraba colgado encima de la ya mencionado mirador.
—¿En qué puedo ayudarte, calvito? —la mujer enarboló una sonrisa, mostrando sus dientes de sierra— Nunca te había visto por aquí.
Yui-sama, la Arashikage en carne y hueso, iba vestida con la icónica túnica de Kage, mientras que el sombrero descansaba sobre la mesa. En su lugar se podía discernir su cabellera azabache.
El dedo índice de su mano derecha daba rítmicos toques al escritorio, impaciente.