27/03/2017, 17:32
Una risa extraña para el momento, al menos para él, lo hizo levantar la mirada con curiosidad. Allí estaba su Kage, riéndose de él y de su inexperiencia. La primera impresión era que Yui era amable y simpática, y eso a Karamaru lo alegraba. Pero estaba a punto de darse cuenta que amabilidad y exigencia podían ir de la mano.
Las palabras de la Arashikage fueron una dulce melodía para el calvo, acababa de aceptar el pedido de misión y antes de que el shinobi pudiera decir algo o incluso hacer una reverencia más pronunciada, un pergamino salió al aire despedido de la mano de la mujer. El calvo se sorprendió al principio, titubeó unos segundos, pero al darse cuenta de que se lo había arrojado a él dio un movimiento firme para tomarlo.
Cerca del suelo, sí, pero tomarlo al fin.
"Uf, eso estuvo cerca"
Y Karamaru ya pensaba agradecer e irse, pero nuevamente fue interrumpido. La amable voz de Yui volvía a dominar, ahora con las exigencias.
Quiero que te lleves contigo este vaso. Cuando termines volverás aquí y comprobaré si la cantidad de agua es exactamente la misma. Si se te cae y se rompe, si derramas agua o si dejas que la lluvia lo llene de más, has fallado la misión.
—¡¿Está entendido, calvito?!
"¿Un vaso? ¿Qué tiene que ver eso con una misión?"- El calvo estuvo a punto de cuestionar la decisión de Yui, pero prefirió no hacerlo y aceptar sin rechistar.
Estoy entendiendo.... ¡YUI-SAMA!- hizo una reverencia igual de exagerada que la anterior. Aunque esta vez se levantó más rápido y tomó el vaso con mucho cuidado, no se le podía caer ni una gota. Estuvo a punto de perder el equilibrio cuando se sobresalto con el ¡Ahora ve! pero pudo mantenerse.
Salió finalmente del salón de la Arashikage cerrando la puerta tras de sí. Buscó una mesa cercana y apoyó el vaso para poder leer el pergamino de misión tranquilamente.
¿Cuidar niños?- se sorprendió el calvo al leerlo. Él no tenía ninguna experiencia en eso, ¿Cómo haría para hacerlo? Era shinobi no niñera- Supongo que estas cosas les tocan a los gennin.
Tras un suspiro de indignación guardó el pergamino recordando la dirección- repitiéndola una y otra vez en su cabeza- y salió a la calle a caminar con paso lento y seguro pegado a las paredes de los edificios lejos de la gente. Sujetaba el vaso con una mano y con la otra, lo tapaba para que no caiga ni una gota de agua dentro. Tenía apoyada fuertemente la palma sobre el vaso y así y todo trataba de ni siquiera mojarsela para tratar de perder el mínimo de agua.
Si todo salía bien más pronto que tarde estaría golpeando con la cabeza, por tener las manos ocupadas, la puerta del señor Keiji para cumplir con su deber de.... de.... de cuidar niños....
Las palabras de la Arashikage fueron una dulce melodía para el calvo, acababa de aceptar el pedido de misión y antes de que el shinobi pudiera decir algo o incluso hacer una reverencia más pronunciada, un pergamino salió al aire despedido de la mano de la mujer. El calvo se sorprendió al principio, titubeó unos segundos, pero al darse cuenta de que se lo había arrojado a él dio un movimiento firme para tomarlo.
Cerca del suelo, sí, pero tomarlo al fin.
"Uf, eso estuvo cerca"
Y Karamaru ya pensaba agradecer e irse, pero nuevamente fue interrumpido. La amable voz de Yui volvía a dominar, ahora con las exigencias.
Quiero que te lleves contigo este vaso. Cuando termines volverás aquí y comprobaré si la cantidad de agua es exactamente la misma. Si se te cae y se rompe, si derramas agua o si dejas que la lluvia lo llene de más, has fallado la misión.
—¡¿Está entendido, calvito?!
"¿Un vaso? ¿Qué tiene que ver eso con una misión?"- El calvo estuvo a punto de cuestionar la decisión de Yui, pero prefirió no hacerlo y aceptar sin rechistar.
Estoy entendiendo.... ¡YUI-SAMA!- hizo una reverencia igual de exagerada que la anterior. Aunque esta vez se levantó más rápido y tomó el vaso con mucho cuidado, no se le podía caer ni una gota. Estuvo a punto de perder el equilibrio cuando se sobresalto con el ¡Ahora ve! pero pudo mantenerse.
Salió finalmente del salón de la Arashikage cerrando la puerta tras de sí. Buscó una mesa cercana y apoyó el vaso para poder leer el pergamino de misión tranquilamente.
¿Cuidar niños?- se sorprendió el calvo al leerlo. Él no tenía ninguna experiencia en eso, ¿Cómo haría para hacerlo? Era shinobi no niñera- Supongo que estas cosas les tocan a los gennin.
Tras un suspiro de indignación guardó el pergamino recordando la dirección- repitiéndola una y otra vez en su cabeza- y salió a la calle a caminar con paso lento y seguro pegado a las paredes de los edificios lejos de la gente. Sujetaba el vaso con una mano y con la otra, lo tapaba para que no caiga ni una gota de agua dentro. Tenía apoyada fuertemente la palma sobre el vaso y así y todo trataba de ni siquiera mojarsela para tratar de perder el mínimo de agua.
Si todo salía bien más pronto que tarde estaría golpeando con la cabeza, por tener las manos ocupadas, la puerta del señor Keiji para cumplir con su deber de.... de.... de cuidar niños....
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘