27/03/2017, 18:45
Karamaru llamó a la puerta utilizando la cabeza -literalmente-, pero no le respondieron. No obstante, era obvio que había gente en la casa, ya que se podían escuchar de fondo gritos y lloros ahogados. Un minuto más tarde, la puerta se abrió, tras de ella había un hombre de cabello oscuro y corto, de unos 30 años, vestido con un chaleco gris y unos pantalones amarillos.
Miró al genin, y acto seguido se fijó en el vaso de agua que llevaba en las manos. Le resultó extraño, pero no articuló palabra al respecto.
—¿Si? ¿Qué quieres?
Miró al genin, y acto seguido se fijó en el vaso de agua que llevaba en las manos. Le resultó extraño, pero no articuló palabra al respecto.
—¿Si? ¿Qué quieres?