28/03/2017, 21:55
El jōnin ya había puesto los pies fuera del salón, pero giró el rostro lo suficiente como para mirar a Karamaru a la par que le dirigía la palabra. Le sonrió con simplicidad.
—Ya me había dado cuenta. La prueba del vaso, ¿verdad? He escuchado que Arashikage-sama se la pone a algunos novatos, dependiendo de su humor. Me temo que no puedo ayudarte, chaval, si se entera de que lo he hecho me mata. Y asegúrate de no cagarla tú tampoco, o tengo entendido que te echará una reprimenda épica. Tienes todo mi apoyo, ser un genin es duro.
Le guió el ojo y se marchó, esta vez de verdad. El calvo se volvió a quedar solo con los niños, que continuaban ignorando su presencia.
—Ya me había dado cuenta. La prueba del vaso, ¿verdad? He escuchado que Arashikage-sama se la pone a algunos novatos, dependiendo de su humor. Me temo que no puedo ayudarte, chaval, si se entera de que lo he hecho me mata. Y asegúrate de no cagarla tú tampoco, o tengo entendido que te echará una reprimenda épica. Tienes todo mi apoyo, ser un genin es duro.
Le guió el ojo y se marchó, esta vez de verdad. El calvo se volvió a quedar solo con los niños, que continuaban ignorando su presencia.