30/03/2017, 00:17
Tanabe se encogió de hombros sin apartar su mirada de la televisión.
—Quería que papá le dejara sus armas ninja, pero no quiso. Dice que nos podemos hacer daño. Ya lleva llorando mil años por ello —explicó sin demasiadas ganas, sacándose un moco de la nariz.
—¡ARMAS NINJA! ¡QUIERO SER UN NINJA! —gritó Yuki, golpeando varias veces el suelo, para acto seguido continuar con su pataleta.
Los golpes del ya mencionado terminaron despertando al bebé, que se puso a llorar de inmediato, uniéndose a su hermano mayor. La sala era un verdadero pandemonium de chillidos y llantos sumado al sonido de la serie en la tele. No obstante, Tanabe no se inmutó lo más mínimo, parecía acostumbrado a ello.
—Quería que papá le dejara sus armas ninja, pero no quiso. Dice que nos podemos hacer daño. Ya lleva llorando mil años por ello —explicó sin demasiadas ganas, sacándose un moco de la nariz.
—¡ARMAS NINJA! ¡QUIERO SER UN NINJA! —gritó Yuki, golpeando varias veces el suelo, para acto seguido continuar con su pataleta.
Los golpes del ya mencionado terminaron despertando al bebé, que se puso a llorar de inmediato, uniéndose a su hermano mayor. La sala era un verdadero pandemonium de chillidos y llantos sumado al sonido de la serie en la tele. No obstante, Tanabe no se inmutó lo más mínimo, parecía acostumbrado a ello.