30/03/2017, 18:51
La predicción de Izumi había fallado, pues la recién llegada había bajado el tono de sus palabras al ver la reacción del chico.
- Oye chico, no soy la dama del lago, solo alguien que quiere un poco de tranquilidad.-
"Vaya pronto tiene" aún así la chica no bajaría la guardia, quizás fuese una estratagema para atraer al monillo lo suficientemente cerca como para reventarle la cabeza contra el tronco del árbol... al menos es lo que ella haría si estuviese en el lugar de la peliverde y quisiese poner fin a aquel horrible cantante "Lo que no termino de entender es eso de dama del lago..." lo que más le fastidiaba, era que esa denominación le sonaba de algo pero no lograba recordar de qué
-¿Vas a bajar del árbol y dejar de cantar a gritos? la chica le indicó al muchacho que podía bajar mientras se sentaba en el suelo Y lamento haberte gritado así, no debi hacerlo.
"Si que ha cambiado de actitud..." incluso le había parecido arrepentida de verdad "O es alguien que cambia de estado de ánimo como de bragas o quizás sea una genial actriz" fuese lo que fuese realmente no le incumbía. Tanto si hacia las pases con el chico como si lo liquidaba allí mismo, a ella le era totalmente indiferente. Solo necesitaba una persona que supiese donde estaban y el camino. La cosa sería bien diferente si alguno fuese de Kusagakure, aunque no lo veía posible pues ninguno de los dos le sonaba de nada
—Esto... siento haberte molestado, creía que estaba solo. La gente no suele venir a este lago, o eso me dijeron — el chico se había descolgado del árbol y ahora se estaba disculpando dócilmente.
"No sé a que me recuerda más si a un mono o a un perrito faldero" Izumi tenía demasiado carácter como entender que alguien se disculpase de aquella manera. Por la actitud de la chica, no creía que aquello derivase en un enfrentamiento así que decidió no seguir perdiendo el tiempo en aquel lugar
—¡Disculpad que os moleste!— llamó la atención de los dos que tenía frente a ella mientras avanzaba con parsimonia —¿Podríais decirme donde estoy?— Izumi se fue acercando hasta quedar a un par de metros de ambos, no se fiaba lo más mínimo de ninguno
- Oye chico, no soy la dama del lago, solo alguien que quiere un poco de tranquilidad.-
"Vaya pronto tiene" aún así la chica no bajaría la guardia, quizás fuese una estratagema para atraer al monillo lo suficientemente cerca como para reventarle la cabeza contra el tronco del árbol... al menos es lo que ella haría si estuviese en el lugar de la peliverde y quisiese poner fin a aquel horrible cantante "Lo que no termino de entender es eso de dama del lago..." lo que más le fastidiaba, era que esa denominación le sonaba de algo pero no lograba recordar de qué
-¿Vas a bajar del árbol y dejar de cantar a gritos? la chica le indicó al muchacho que podía bajar mientras se sentaba en el suelo Y lamento haberte gritado así, no debi hacerlo.
"Si que ha cambiado de actitud..." incluso le había parecido arrepentida de verdad "O es alguien que cambia de estado de ánimo como de bragas o quizás sea una genial actriz" fuese lo que fuese realmente no le incumbía. Tanto si hacia las pases con el chico como si lo liquidaba allí mismo, a ella le era totalmente indiferente. Solo necesitaba una persona que supiese donde estaban y el camino. La cosa sería bien diferente si alguno fuese de Kusagakure, aunque no lo veía posible pues ninguno de los dos le sonaba de nada
—Esto... siento haberte molestado, creía que estaba solo. La gente no suele venir a este lago, o eso me dijeron — el chico se había descolgado del árbol y ahora se estaba disculpando dócilmente.
"No sé a que me recuerda más si a un mono o a un perrito faldero" Izumi tenía demasiado carácter como entender que alguien se disculpase de aquella manera. Por la actitud de la chica, no creía que aquello derivase en un enfrentamiento así que decidió no seguir perdiendo el tiempo en aquel lugar
—¡Disculpad que os moleste!— llamó la atención de los dos que tenía frente a ella mientras avanzaba con parsimonia —¿Podríais decirme donde estoy?— Izumi se fue acercando hasta quedar a un par de metros de ambos, no se fiaba lo más mínimo de ninguno