Esa hubiera sido una muy buena disculpa de no ser por el carácter del joven Isa. Era muy incrédulo cuando le decían algo, no le pareció natural la forma en la que se estaba disculpando. Por lo mismo, no le daría una segunda oportunidad. Era inflexible en ese aspecto, además que desde un inicio nunca le pareció buena idea el acompañarlos a tomar algo, detestaba el estar respirando el mismo aire que varias personas en un sitio encerrado. En ese tipo de situaciones podrían surgir preguntas muy personales y él odiaba hablar sobre sí.
—Lo siento pero NO— Ni siquiera lo sentía de verdad, era la inercia de decir esa frase por cortesía. En realidad le daba bastante igual lo que pensaran el pelirrojo y el peliblanco. —Les haré un favor al irme, pues así ustedes tendrán mucho tiempo para platicar sin tener que soportarme—. Estaba consciente en que su personalidad no era del agrado de los demás, no tenía reparo en decirlo. —Entiendo perfectamente que soy una persona no deseada, así que si me disculpan, tengo que ir a perder el tiempo en cosas sin importancia a otro lado—. Se dió la vuelta -otra vez- y esperaba esta vez irse en paz.
"Ufale. Peor día que los demás. Cada vez que conozco al alguien sólo termino llevándome más decepciones de la especie homínida. Y como siempre termino siendo el malo del cuento."
La lluvia empezaba a arreciar en sobremanera, casi como una tempestad. Él se mantenía integérrimo ante ella, pero dudaba que el otro par puediese aguantarla. Igual, ese ya no era su problema.
—Lo siento pero NO— Ni siquiera lo sentía de verdad, era la inercia de decir esa frase por cortesía. En realidad le daba bastante igual lo que pensaran el pelirrojo y el peliblanco. —Les haré un favor al irme, pues así ustedes tendrán mucho tiempo para platicar sin tener que soportarme—. Estaba consciente en que su personalidad no era del agrado de los demás, no tenía reparo en decirlo. —Entiendo perfectamente que soy una persona no deseada, así que si me disculpan, tengo que ir a perder el tiempo en cosas sin importancia a otro lado—. Se dió la vuelta -otra vez- y esperaba esta vez irse en paz.
"Ufale. Peor día que los demás. Cada vez que conozco al alguien sólo termino llevándome más decepciones de la especie homínida. Y como siempre termino siendo el malo del cuento."
La lluvia empezaba a arreciar en sobremanera, casi como una tempestad. Él se mantenía integérrimo ante ella, pero dudaba que el otro par puediese aguantarla. Igual, ese ya no era su problema.