4/04/2017, 22:32
Los niños ignoraron completamente a Karamaru, pero ello no le impedía buscar la cocina. No le costó demasiado encontrarla, tan solo debía salir del salón y girar a la derecha.
El interior de la susodicha era espacioso, aunque no tanto como la sala de estar. El lugar gozaba de varias alacenas dispuestas en fila ancladas a la pared, así como unos fogones y un horno, además de la nevera que buscaba el calvo.
Para descubrir el contenido de cualquiera de los recipientes de la habitación tendría que aventurarse a abrirlos.
El interior de la susodicha era espacioso, aunque no tanto como la sala de estar. El lugar gozaba de varias alacenas dispuestas en fila ancladas a la pared, así como unos fogones y un horno, además de la nevera que buscaba el calvo.
Para descubrir el contenido de cualquiera de los recipientes de la habitación tendría que aventurarse a abrirlos.