6/04/2017, 23:51
¿Kagetsuna? Podría ser, no estaba segura pero tampoco se molestaría en negar lo que el azulado shinobi decía porque a duras penas si recordaba el color de pelo y el parche. El resto de la vestimenta no valía la pena mencionarla porque entre un día y otro el tipo podría haberse cambiado sin más.
—Pues sí, se la pasó haciéndose el duro conmigo y por ello casi se gana problemas con toda Kusa. —Afirmó la pelirroja indiferente.
Recordaba lo acontecido aquel día, también la amenaza del jounin de Kusa sobre ejecutarle allí mismo y realmente, a la kunoichi le daba igual aunque probablemente las cosas hubiesen cambiado si realmente hubiese sido testigo de tal cosa.
Pero la conversación no iba a girar en torno a ese de Amegakure, pronto tomó un giro bastante drástico que casi podía interpretarse como un insulto hacia la aldea de la fémina pero… ¿Qué importancia tenía? Ni siquiera ella sentía respeto por los suyos, simplemente les sonreía a sus superiores porque sabía lo que le convenía pero no significaba que los amase y fuese a proteger con su vida. En otras palabras, no sentía necesidad de sacrificarse por gente que no fue capaz de ponerse en su lugar ni una sola vez.
—Me importa un pepino si es cierto o no, también lo que digan las “malas lenguas”. —Respondió con absoluta sinceridad. —Intentabas provocarme, ¿verdad? Lástima que te hayas metido con alguien que está acostumbrada a que hablen de ella a sus espaldas. —Continuó dejando escapar una risa bastante burlona.
Sin esperar respuesta ni nada similar, la chica se dio media vuelta y comenzó a caminar alejándose del mar.
—Te dejo para que domines la playa y eso, suerte. —Saludó alzando una mano mientras se alejaba tranquilamente.
—Pues sí, se la pasó haciéndose el duro conmigo y por ello casi se gana problemas con toda Kusa. —Afirmó la pelirroja indiferente.
Recordaba lo acontecido aquel día, también la amenaza del jounin de Kusa sobre ejecutarle allí mismo y realmente, a la kunoichi le daba igual aunque probablemente las cosas hubiesen cambiado si realmente hubiese sido testigo de tal cosa.
Pero la conversación no iba a girar en torno a ese de Amegakure, pronto tomó un giro bastante drástico que casi podía interpretarse como un insulto hacia la aldea de la fémina pero… ¿Qué importancia tenía? Ni siquiera ella sentía respeto por los suyos, simplemente les sonreía a sus superiores porque sabía lo que le convenía pero no significaba que los amase y fuese a proteger con su vida. En otras palabras, no sentía necesidad de sacrificarse por gente que no fue capaz de ponerse en su lugar ni una sola vez.
—Me importa un pepino si es cierto o no, también lo que digan las “malas lenguas”. —Respondió con absoluta sinceridad. —Intentabas provocarme, ¿verdad? Lástima que te hayas metido con alguien que está acostumbrada a que hablen de ella a sus espaldas. —Continuó dejando escapar una risa bastante burlona.
Sin esperar respuesta ni nada similar, la chica se dio media vuelta y comenzó a caminar alejándose del mar.
—Te dejo para que domines la playa y eso, suerte. —Saludó alzando una mano mientras se alejaba tranquilamente.