10/04/2017, 16:55
La chica comenzó a ordenar los productos dependiendo de su estado, los menos dañados los iba apartando hacia la puerta, mientras que el resto lo iba poniendo a modo de barricada. Sus expectativas seguramente serían acumular una gran cantidad de productos para bajarlos de una sola tacada, lo cual no era una idea disparatada. Su concentración en la tarea sin embargo hizo que ésta se alejase un poco de la cruda realidad, estaba siendo rodeada por una plaga de okupas bastante curiosos.
De pronto, algo rozó la pierna de la kunoichi.
Para cuando ésta mirase, se encontraría de cara con uno de éstos roedores, mirando con curiosidad a la nueva. Incluso se puso de pie, buscando mejorar su percepción sobre la pelirosa. Su hocico se contrajo una y otra vez, olisqueándola, mientras que producía ese característico sonido ratuno.
¡Hiic! ¡HiiiiiiC!
La susodicha rata mediría al menos 30 centímetros sin contar la cola, un auténtico y enorme ejemplar adulto, que sin lugar a dudas no temía a la kunoichi. ¿Temería la kunoichi a ésta?
De pronto, algo rozó la pierna de la kunoichi.
Para cuando ésta mirase, se encontraría de cara con uno de éstos roedores, mirando con curiosidad a la nueva. Incluso se puso de pie, buscando mejorar su percepción sobre la pelirosa. Su hocico se contrajo una y otra vez, olisqueándola, mientras que producía ese característico sonido ratuno.
¡Hiic! ¡HiiiiiiC!
La susodicha rata mediría al menos 30 centímetros sin contar la cola, un auténtico y enorme ejemplar adulto, que sin lugar a dudas no temía a la kunoichi. ¿Temería la kunoichi a ésta?