17/04/2017, 19:46
Era un día caluroso de verano. Taeko pensó que le caería bien, después de haber pasado por el frío del norte. Se despertó temprano, decidida a dedicarle la jornada al entrenamiento. Desayunó, se duchó y vistió: su típica blusa rosa, por por encima de ella un uwagi blanco de mangas cortas y anchas, con suaves motivos de plumas, y un pantalón negro que ajustó con vendas desde el tobillo hasta la rodilla. Después hizo su ya común práctica de shodō, donde escribió elegantemente el kanji de tsurugi, espada. Luego se despidió de su madre, tomó sus cosas y partió.
Inicialmente había pensado ir a uno de los dojos de instrucción, pero le apetecía más estar fresca, así que fue a los acantilados. Antes de ir, sin embargo, fue a uno de los dojos a solicitar un préstamo: algunas herramientas para practicar. Después de entregar una carta pulcramente escrita y cuidadosamente redactada, accedieron al préstamo, siempre que las piezas (cinco shuriken de maderas, reforzados con un anillo metálico al interior, y una espada shinai) se regresaran en buen estado.
Taeko tomó las armas de entrenamiento, entonces, y las llevó al acantilado. Aprovecharía los muñecos de la zona para practicar.
Un calentamiento y media hora después, sin embargo, se encontraba sudando, nerviosa, respirando profundamente, con la shinai en sus manos, y a un metro de un muñeco de práctica. La shinai, una espada de bambú, reforzada y protegida para evitar dañar al oponente, estaba diseñada específicamente para practicar kendō y no para usarla como arma. Era más ligera que una espada real, e incluso un poco más que una bokken, y aun así, batallaba por permanecer en el agarre de Taeko.
La peliplateada apenas y podía tener el objeto con ambas manos. Había pasado los últimos treinta minutos alzando la espada por encima de su cabeza y golpeando lentamente el muñeco en su hombro, como si temiese que se fuese a romper.
”¡Vamos! Ya lo he hecho antes. Sé cómo mover una espada ¡lo practiqué en la Academia! Tengo que usar la muñeca al momento de golpear, y usar el movimiento de mis brazos para darle más fuerza al golpe. Tengo que imaginar que golpeo a través del objetivo, no tengo que pensar en el impacto” pensó, inspirándose y alzando la shinai una última vez. La bajó con fuerza, imbuyendo el arma de su espíritu. Imaginó que era un villano que planeaba la destrucción de Kusagakure no Sato. ¡Tenía que derrotarlo con su poderoso sable de bambú!
Pero la shinai golpeó el hombro del muñeco con un lento y seco golpe, como quien deja una sombrilla sobre una mesa.
”¡Gaaah! ¡Es inútil!” se dijo, llevándose una mano a la cabeza y soltando un silencioso grito de desesperación. Estuvo a punto de caer rendida sobre el césped, pero se obligó a permanecer de pie. ”No. ¡No! Tengo que hacerlo. Tengo que hacerme más fuerte. Imaginaré… imaginaré que es un pincel. ¡Soy muy buena con el pincel! Sí, es un pincel. Un pincelote que no quiere moverse bien…”
Colocó la shinai contra el muñeco, y por cinco minutos más no hizo más que prepararse mentalmente para el siguiente intento de mandoble.
Inicialmente había pensado ir a uno de los dojos de instrucción, pero le apetecía más estar fresca, así que fue a los acantilados. Antes de ir, sin embargo, fue a uno de los dojos a solicitar un préstamo: algunas herramientas para practicar. Después de entregar una carta pulcramente escrita y cuidadosamente redactada, accedieron al préstamo, siempre que las piezas (cinco shuriken de maderas, reforzados con un anillo metálico al interior, y una espada shinai) se regresaran en buen estado.
Taeko tomó las armas de entrenamiento, entonces, y las llevó al acantilado. Aprovecharía los muñecos de la zona para practicar.
Un calentamiento y media hora después, sin embargo, se encontraba sudando, nerviosa, respirando profundamente, con la shinai en sus manos, y a un metro de un muñeco de práctica. La shinai, una espada de bambú, reforzada y protegida para evitar dañar al oponente, estaba diseñada específicamente para practicar kendō y no para usarla como arma. Era más ligera que una espada real, e incluso un poco más que una bokken, y aun así, batallaba por permanecer en el agarre de Taeko.
La peliplateada apenas y podía tener el objeto con ambas manos. Había pasado los últimos treinta minutos alzando la espada por encima de su cabeza y golpeando lentamente el muñeco en su hombro, como si temiese que se fuese a romper.
”¡Vamos! Ya lo he hecho antes. Sé cómo mover una espada ¡lo practiqué en la Academia! Tengo que usar la muñeca al momento de golpear, y usar el movimiento de mis brazos para darle más fuerza al golpe. Tengo que imaginar que golpeo a través del objetivo, no tengo que pensar en el impacto” pensó, inspirándose y alzando la shinai una última vez. La bajó con fuerza, imbuyendo el arma de su espíritu. Imaginó que era un villano que planeaba la destrucción de Kusagakure no Sato. ¡Tenía que derrotarlo con su poderoso sable de bambú!
Pero la shinai golpeó el hombro del muñeco con un lento y seco golpe, como quien deja una sombrilla sobre una mesa.
”¡Gaaah! ¡Es inútil!” se dijo, llevándose una mano a la cabeza y soltando un silencioso grito de desesperación. Estuvo a punto de caer rendida sobre el césped, pero se obligó a permanecer de pie. ”No. ¡No! Tengo que hacerlo. Tengo que hacerme más fuerte. Imaginaré… imaginaré que es un pincel. ¡Soy muy buena con el pincel! Sí, es un pincel. Un pincelote que no quiere moverse bien…”
Colocó la shinai contra el muñeco, y por cinco minutos más no hizo más que prepararse mentalmente para el siguiente intento de mandoble.
SILENCE
〘When deed speaks, words are nothing.〙
"Pienso" (thistle) ❀ ≫Escribo (orchid)
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