20/04/2017, 06:03
Con la brisa chocando contra el sudor de su rostro, alzó de nuevo la shinai sobre su cabeza.
Entonces una voz la llamó. Del susto, Taeko le propinó un fuerte golpe al brazo del muñeco, a pesar de no estar apuntando allí. No había calculado la intensidad del mandoble, y sus dedos le dolieron al impacto, haciéndola soltar el arma al instante. Taeko se volvió velozmente, intentando ver quién le había hablado. Normalmente no estaría así de nerviosa, pero la presión de entrenar algo en lo que era tan débil se había llevado gran parte de su concentración.
La recién llegada era una chica de cabellos rosas, los cuales resaltaban graciosamente contra sus ropajes azules. Portaba una bokuto en el cinto, lo que emocionó a la peliplateada. Su cabellera se movió con el viento tan dramáticamente que parecía haber sido enviada por los dioses para regañar a Taeko. ¿Pensar demasiado? ¡No podía evitarlo! ¿Tirar de brazos? No entendía eso.
"¡Debe ser una buena practicante de kendo! Espero no le moleste aconsejarme..."
Cuando tuvo cerca a la chica, le dedicó una respetuosa reverencia. Tal vez ella podría ayudarle. Buscó a toda prisa la shinai, que había caído al suelo, la levantó y se la ofreció con ambas manos a la pelirrosa junto con su sonrisa; luego apuntaría al muñeco de paja y haría un ademán de cortarlo con una espada imaginaria. Finalmente, le dedicó una reverencia más, juntando las manos en señal de ruego.
Esperaba que entendiera lo que le pedía: enseñarle sus errores con la espada. Su libretita y carboncillo estaban junto a los shurikens de madera, en su mochila, a varios metros de distancia, muy cerca del acantilado. Si la chica no lograba entender, Taeko tendría que hacer una carrerilla para ir a buscar su medio de comunicación.
Entonces una voz la llamó. Del susto, Taeko le propinó un fuerte golpe al brazo del muñeco, a pesar de no estar apuntando allí. No había calculado la intensidad del mandoble, y sus dedos le dolieron al impacto, haciéndola soltar el arma al instante. Taeko se volvió velozmente, intentando ver quién le había hablado. Normalmente no estaría así de nerviosa, pero la presión de entrenar algo en lo que era tan débil se había llevado gran parte de su concentración.
La recién llegada era una chica de cabellos rosas, los cuales resaltaban graciosamente contra sus ropajes azules. Portaba una bokuto en el cinto, lo que emocionó a la peliplateada. Su cabellera se movió con el viento tan dramáticamente que parecía haber sido enviada por los dioses para regañar a Taeko. ¿Pensar demasiado? ¡No podía evitarlo! ¿Tirar de brazos? No entendía eso.
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Cuando tuvo cerca a la chica, le dedicó una respetuosa reverencia. Tal vez ella podría ayudarle. Buscó a toda prisa la shinai, que había caído al suelo, la levantó y se la ofreció con ambas manos a la pelirrosa junto con su sonrisa; luego apuntaría al muñeco de paja y haría un ademán de cortarlo con una espada imaginaria. Finalmente, le dedicó una reverencia más, juntando las manos en señal de ruego.
Esperaba que entendiera lo que le pedía: enseñarle sus errores con la espada. Su libretita y carboncillo estaban junto a los shurikens de madera, en su mochila, a varios metros de distancia, muy cerca del acantilado. Si la chica no lograba entender, Taeko tendría que hacer una carrerilla para ir a buscar su medio de comunicación.
SILENCE
〘When deed speaks, words are nothing.〙
"Pienso" (thistle) ❀ ≫Escribo (orchid)
¡Visita El rincón de traducción de Taekūran!
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