20/04/2017, 19:22
Parecía ser que las formas de Mogura habían resultado de la forma adecuada, su disculpa había sido recibida y se le había dado otra oportunidad.
— Te disculpo, pero no te acostumbres, eh. La próxima vez no seré tan benevolente.
Al escuchar aquellas palabras se volvió a colocar en su postura normal, esperando continuar con la conversación de forma adecuada y conseguir datos útiles para completar su misión. Keisuke tomaría nuevamente la palabra para decir algunas cosas, cosas que parecían no seguir el mismo camino que las formas de Mogura.
La jovencita frunció el ceño al escucharlo. Miró al joven médico y después al otro joven médico, el que había hablado. Y entonces dejó escapar un suspiro.
— Aún tenéis suerte de que os haya atendido yo, si fuera otra persona ya estaríais volviendo a la Arashikage con dos hostias bien dadas. ¿De verdad sois shinobis de ésta villa? Lo voy a hacer bien para que veáis como es ser educado de verdad.
Las formas de Keisuke les había hecho ganarse un regaño nuevamente. La niña parecía ser un gato jugando con su presa, disfrutando su posición de poder con respecto a los genin. Aún así, alegando ser una persona bondadosa, les mostraría la forma adecuada de proceder.
— Nekomaru Kaede, encantada de conoceros. Y como sois un par de maleducados os daré dos opciones.
Seguidamente planteó los dos posibles caminos a tomar desde aquel punto, el primero no sonaba del todo bien pues despertar a una persona mayor para decirle que dos extraños habían sido groseros con su nieta no estaba muy bien. Por otro lado se le daba la oportunidad al joven de ser el embajador del dúo, eso podía hacerlo.
Que reacción tan... extravagante.
Pensó al ver su comportamiento posterior. Inoue Keisuke, por su parte, no solo parecía disgustado por la actitud de la joven sino que quería terminar todo tan rápido como fuese posible, dejando en claro que era lo que quería, aceptó a hacerse a un lado.
Nekomaru Kaede-dono, mi nombre es Manase Mogura, cuarta generación de la familia Manase. El encanto de conocerle es mío.
Fiel a las formas que tanto había practicado en la tienda y en su hogar, ahora tenía oportunidad de hacer gala frente a una niña. Acompañó sus palabras de una formal reverencia, no tan marcada como la anterior pues la intención no era la misma.
Disculpe por irrumpir en su elegante negocio de esta manera.
Atendiendo al protocolo, continuó hablando sin dejar la reverencia y disculpándose como era correspondiente.
Estamos a su servicio, con el objetivo de recuperar su perteneciente gato. ¿Cómo deberíamos proceder?
Agregaría lanzando una pregunta después de una chorrera de cosas que se podrían haber evitado en otro contexto.
— Te disculpo, pero no te acostumbres, eh. La próxima vez no seré tan benevolente.
Al escuchar aquellas palabras se volvió a colocar en su postura normal, esperando continuar con la conversación de forma adecuada y conseguir datos útiles para completar su misión. Keisuke tomaría nuevamente la palabra para decir algunas cosas, cosas que parecían no seguir el mismo camino que las formas de Mogura.
La jovencita frunció el ceño al escucharlo. Miró al joven médico y después al otro joven médico, el que había hablado. Y entonces dejó escapar un suspiro.
— Aún tenéis suerte de que os haya atendido yo, si fuera otra persona ya estaríais volviendo a la Arashikage con dos hostias bien dadas. ¿De verdad sois shinobis de ésta villa? Lo voy a hacer bien para que veáis como es ser educado de verdad.
Las formas de Keisuke les había hecho ganarse un regaño nuevamente. La niña parecía ser un gato jugando con su presa, disfrutando su posición de poder con respecto a los genin. Aún así, alegando ser una persona bondadosa, les mostraría la forma adecuada de proceder.
— Nekomaru Kaede, encantada de conoceros. Y como sois un par de maleducados os daré dos opciones.
Seguidamente planteó los dos posibles caminos a tomar desde aquel punto, el primero no sonaba del todo bien pues despertar a una persona mayor para decirle que dos extraños habían sido groseros con su nieta no estaba muy bien. Por otro lado se le daba la oportunidad al joven de ser el embajador del dúo, eso podía hacerlo.
Que reacción tan... extravagante.
Pensó al ver su comportamiento posterior. Inoue Keisuke, por su parte, no solo parecía disgustado por la actitud de la joven sino que quería terminar todo tan rápido como fuese posible, dejando en claro que era lo que quería, aceptó a hacerse a un lado.
Nekomaru Kaede-dono, mi nombre es Manase Mogura, cuarta generación de la familia Manase. El encanto de conocerle es mío.
Fiel a las formas que tanto había practicado en la tienda y en su hogar, ahora tenía oportunidad de hacer gala frente a una niña. Acompañó sus palabras de una formal reverencia, no tan marcada como la anterior pues la intención no era la misma.
Disculpe por irrumpir en su elegante negocio de esta manera.
Atendiendo al protocolo, continuó hablando sin dejar la reverencia y disculpándose como era correspondiente.
Estamos a su servicio, con el objetivo de recuperar su perteneciente gato. ¿Cómo deberíamos proceder?
Agregaría lanzando una pregunta después de una chorrera de cosas que se podrían haber evitado en otro contexto.
Hablo - Pienso