18/06/2015, 18:36
Aquel tazón de granos blancos había demostrado ser un manjar digno de un señor feudal. Sin embargo sus proporciones resultaban demasiado exageradas como para que una persona común pudiera ponerle fin mediante la ingesta. Pero el joven peliblanco ya tenía pensado como lidiar con aquel formidable banquete que parecía estar conformado por un arrozal entero.
«Creo que he llegado a mi limite —inquirió, mientras miraba la nueva curvatura de su estomago— Realmente estoy satisfecho, pero aun así la comida esta casi intacta»
Mientras aquel dilema se agitaba en su mente, su compañero de pelo rubio parecía totalmente determinado a no dejarse derrotar por el gran plato de arroz que se encontraba desafiantemente puesto delante de él.
«Bueno al menos el sí parece que fuera a terminar su comida —pensó mientras le miraba de reojo— Yo por otro lado tendré que recurrir a una táctica diferente, que seguramente será vergonzosa. Aun así espero que sea efectiva»
De un momento a otro dejo a un lado los palillos, para luego poner sus manos sobre su estomago mientras se apoyaba en el espaldar, y para permitir que en su cara se dibujara una gran sonrisa.
—Disculpe señora… Esta delicioso, pero estoy muy lleno ¿podría llevarme el resto a casa? Digo para compartirlo —dijo aquello con un tono alegre, inocente e infantil, mientras que enmarcaba sus ojos grises en una gran mirada de cachorro—. Por fa ¿sí?
Solo restaba el ver si aquella artimaña funcionaria.
«Creo que he llegado a mi limite —inquirió, mientras miraba la nueva curvatura de su estomago— Realmente estoy satisfecho, pero aun así la comida esta casi intacta»
Mientras aquel dilema se agitaba en su mente, su compañero de pelo rubio parecía totalmente determinado a no dejarse derrotar por el gran plato de arroz que se encontraba desafiantemente puesto delante de él.
«Bueno al menos el sí parece que fuera a terminar su comida —pensó mientras le miraba de reojo— Yo por otro lado tendré que recurrir a una táctica diferente, que seguramente será vergonzosa. Aun así espero que sea efectiva»
De un momento a otro dejo a un lado los palillos, para luego poner sus manos sobre su estomago mientras se apoyaba en el espaldar, y para permitir que en su cara se dibujara una gran sonrisa.
—Disculpe señora… Esta delicioso, pero estoy muy lleno ¿podría llevarme el resto a casa? Digo para compartirlo —dijo aquello con un tono alegre, inocente e infantil, mientras que enmarcaba sus ojos grises en una gran mirada de cachorro—. Por fa ¿sí?
Solo restaba el ver si aquella artimaña funcionaria.