21/04/2017, 19:24
Aun sin mudar aquella expresión sonriente y amable, Akame estaba analizando en profundidad al tal Ralexion. Físicamente parecía un Uchiha, claro, pero ¿qué garantía tenía de ello? ¿Y si era alguien con intenciones no muy nobles? ¿Y si le habían descubierto, y Shiona le había mandado matar por sus propios compañeros como hiciera con aquel chuunin golpista? «Agh, esto es un problema...». El Uchiha se llevó una mano a la sien, masajeándosela discretamente. Tenía la cabeza que echaba humo.
«¿Y si este tipo está diciendo la verdad y sólo estoy paranoico por lo que ocurrió en Ushi? Maldición, tengo que salir de dudas...»
Al final, tomó una decisión.
—Disculpa, Ralexion-kun —añadió, intentando sonar más amigable—. No he conocido a muchos de mi linaje a lo largo de mi corta experiencia de vida, así que quizás me precipité un poco. No me lo tengas en cuenta, por favor.
Ahora era el joven de Tanzaku quien le extendía la mano al chico. Sabía que aquel saludo era más propio de los entornos urbanos —donde las viejas formas de cortesía morían poco a poco— que del campo, de modo que dedujo que, efectivamente, Ralexion se había criado en una gran ciudad. Eso estaba lejos de despejar sus incógnitas, pero al menos era un paso. «¡Menudo lío! ¿Por qué demonios no llevarán todos sus bandanas y ya está?», se lamentó el joven gennin. Era consciente de que algunos de sus compañeros dejaban la bandana en casa cuando no estaban ejerciendo, y le resultaba de lo más molesto.
—¡Bueno! —exclamó de repente, girándose para encarar ambas termas—. Supongo que estás aquí de vacaciones, ¿no? ¿Has venido a probar estos famosos baños termales?
«¿Y si este tipo está diciendo la verdad y sólo estoy paranoico por lo que ocurrió en Ushi? Maldición, tengo que salir de dudas...»
Al final, tomó una decisión.
—Disculpa, Ralexion-kun —añadió, intentando sonar más amigable—. No he conocido a muchos de mi linaje a lo largo de mi corta experiencia de vida, así que quizás me precipité un poco. No me lo tengas en cuenta, por favor.
Ahora era el joven de Tanzaku quien le extendía la mano al chico. Sabía que aquel saludo era más propio de los entornos urbanos —donde las viejas formas de cortesía morían poco a poco— que del campo, de modo que dedujo que, efectivamente, Ralexion se había criado en una gran ciudad. Eso estaba lejos de despejar sus incógnitas, pero al menos era un paso. «¡Menudo lío! ¿Por qué demonios no llevarán todos sus bandanas y ya está?», se lamentó el joven gennin. Era consciente de que algunos de sus compañeros dejaban la bandana en casa cuando no estaban ejerciendo, y le resultaba de lo más molesto.
—¡Bueno! —exclamó de repente, girándose para encarar ambas termas—. Supongo que estás aquí de vacaciones, ¿no? ¿Has venido a probar estos famosos baños termales?