22/04/2017, 15:51
—Entonces será mejor que te acompañe —se decidió—. Si su abuelo es igual de cabezón que tú, tendremos más posibilidades de convencerlo si somos dos.
Ralexion le asintió.
El comportamiento de Kabocha y la reacción de Daruu le arrancaron una sincera sonrisa. No pudo evitar reirse por lo bajini.
—Bueno bueno, qué bien huele ya.
Él también lo había notado. El aroma era sabroso, le hacía la boca agua. También era una excelente ayuda a la hora de olvidar el terrible incidente con el oso. Barajó el apremiar a Daruu, pero se contuvo, manteniendo sus buenos modales. El estómago le rugió como una bestia hambrienta.
¡Aleluya! Aquí llegaba el chef con sus deliciosas creaciones, que seguro que sabían tan bien como pintaban. Apresurado, se sentó en el sofá, esperando que sus acompañantes estuvieran listos para comer.
—¡Que aproveche! —exclamó, feliz.
Arrancó una porción del manjar de carbonara casi como si le fuera la vida en ello. Todavía quemaba, pero el Uchiha se lo llevó a la boca igualmente. Empezó a soplar, pues la temperatura de la pizza le estaba irritando el paladar, pero eso no le impedió engullir.
—¡Que rica! —expresó, su voz distorsionada al hablar con la boca llena.
Ralexion le asintió.
El comportamiento de Kabocha y la reacción de Daruu le arrancaron una sincera sonrisa. No pudo evitar reirse por lo bajini.
—Bueno bueno, qué bien huele ya.
Él también lo había notado. El aroma era sabroso, le hacía la boca agua. También era una excelente ayuda a la hora de olvidar el terrible incidente con el oso. Barajó el apremiar a Daruu, pero se contuvo, manteniendo sus buenos modales. El estómago le rugió como una bestia hambrienta.
¡Aleluya! Aquí llegaba el chef con sus deliciosas creaciones, que seguro que sabían tan bien como pintaban. Apresurado, se sentó en el sofá, esperando que sus acompañantes estuvieran listos para comer.
—¡Que aproveche! —exclamó, feliz.
Arrancó una porción del manjar de carbonara casi como si le fuera la vida en ello. Todavía quemaba, pero el Uchiha se lo llevó a la boca igualmente. Empezó a soplar, pues la temperatura de la pizza le estaba irritando el paladar, pero eso no le impedió engullir.
—¡Que rica! —expresó, su voz distorsionada al hablar con la boca llena.